viernes, 30 de mayo de 2014

Les pagamos una deuda ilegítima para que nos vengan a expoliar. El Mangrullo Argentino

RENDICIÓN INCONDICIONAL...

Les pagamos una deuda ilegítima para que nos vengan a expoliar

El Mangrullo Argentino

“Acordamos pagos mínimos en función de los vencimientos de deuda que la Argentina tenga cada año y que se incrementarán en proporción a la llegada de inversiones".
Axel Kicillof. Ministro de Economía

“El apoyo del Tesoro de los Estados Unidos, a través de su delegado en Francia, fue crucial para que la Argentina pudiera cerrar el acuerdo financiero con el Club de París.
Clarín confirmó que fue el representante de Washington el que dio un aval clave en las negociaciones y el que logró torcer la intransigencia inicial de representantes de Alemania, los Países Bajos y Japón. Después, acompañaron la posición que lideró EE.UU. los directores de Francia, España e Inglaterra. La jugada de los Estados Unidos obedece a la intención de darle cobertura política a la estrategia de ajuste ortodoxo que Axel Kicillof lleva adelante y agrada a Wall Street.”
Diario Clarín

“En todas partes se cree como dogma económico que el capital extranjero es indispensable para el desarrollo de los recursos naturales, y nadie parece advertir que ese desarrollo hace rico a los extranjeros y deja más pobres que antes a los naturales; y que lo que se necesita es la organización interna del propio capital’’... “La industria petrolera estatal resulta esencial para promover el desarrollo industrial argentino, prevenir el dominio extranjero sobre el petróleo del país y garantizar la seguridad militar nacional”.
General Alonso Baldrich. 1870-1956.

“La experiencia demuestra que el capital extranjero genera en el mediano y largo plazo un flujo mayor de salida de divisas del que realmente ingresa. En otros términos el efecto de las inversiones directas de las transnacionales es el de la transferencia neta de recursos hacia el país de origen de esos capitales y, por tanto, el de una descapitalización incesante de los países subdesarrollados.”
Adolfo Silenzi de Stagni. 1914-1996

“Nosotros tenemos, compañeros, el triste privilegio de haber llevado a cabo una investigación penal de la deuda externa. Deuda que configura la mayor estafa en la historia de los argentinos. He sido, Sres. Jueces, el denunciante -ante la justicia federal de mi país- de este escandaloso fraude. Y desde 1982, en pleno ejercicio del poder por la Junta Militar de la dictadura de entonces, vengo impulsando -hasta ahora- una investigación judicial que ha acumulado todas las pruebas de esa estafa. Traigo, pues, una visión que escapa a los números que manejan los tecnócratas de la economía, porque la deuda externa argentina es el resultado de una gigantesca maniobra de dominación mediante procedimientos previstos y reprimidos por la ley penal.”
Alejandro Olmos. 1924-2000

El gobierno kirchnerista presenta el acuerdo con los 16 países acreedores del llamado Club de París como un “gran logro”, encima “patriótico” porque “se obtuvo” sin el monitoreo del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Para aceptar esto como “un logro”, tenemos que olvidarnos que gran parte de esa deuda viene originada en préstamos para la compra de armamentos por la dictadura videlista, de 1976 a 1980, cuando preparaba la guerra contra Chile.
Los memoriosos recuerdan un artículo del General Alcides López Aufranc (partidario de esa guerra y lugarteniente del General Lanusse, el que decía que a Perón no le daba “el cuero”) en el Diario La Nación, en diciembre de 1978, en el que se postulaba, para esa guerra, un eje con la ex-URSS, Bolivia y Perú contra un eje de EEUU, Brasil y Chile, argumentando que en la política hay intereses y no amigos. Vinculaciones del General Lanusse con el grupo Graiver, que se hicieron públicas en ese tiempo, coinciden con ese alineamiento internacional. O sea Argentina era parte de las piezas que movían las dos superpotencias que disputaban el mundo en esos años.
Por eso, por contradecir el Acta de nuestra Independencia que dice “independientes de toda dominación extranjera” y por ser originada para dividir Latinoamérica y no para enfrentar a una potencia opresora (Inglaterra) como fue en la justa guerra de recuperación de nuestras Malvinas, se trata de una deuda odiosa, que nunca fue repudiada como tal, en los treinta años posteriores, incluida la década kirchnerista. Y no es casual. Años después el kirchnerismo reivindicaría a los Graiver y al General Lanusse.
Por otro lado, el acuerdo con el Club de París reconoce todas las imposiciones financieras de los acreedores, como ya sucedió con el pago usurario a Repsol por el 50% de las acciones de YPF. En este caso del Club de París, hasta las últimas publicaciones oficiales del Ministerio de Economía sobre la deuda del sector público nacional, se venía registrando una deuda por 5.195 millones de dólares, más 1.037 millones por los intereses normales. O sea, un total del 6.432 millones de dólares.
Pero ahora resulta que con este acuerdo le reconocemos a los países del Club de París, una deuda por 9.700 millones de dólares. Es decir que el gobierno kirchnerista, terminó aceptando que nos cobren, además de los intereses normales, intereses moratorios y punitorios por más de 3.000 millones de dólares. Eso sí, como dijo Kicillof del acuerdo con Repsol, nos permiten pagarlos en cuotas como cuando compramos una heladera, por supuesto cargando también intereses sobre los intereses.
Así se puede ver que "Peleamos palmo a palmo, centímetro con centímetro, número por número", como afirmó el ministro Kicillof. Y por si alguien piensa que lo ha hecho para sostener la bicicleta entre el precio del dólar y las tasas de interés, afirmó: "Queremos financiamiento, pero no para la timba financiera". 
Habría que recordarle que, por ejemplo, el eminente defensor de nuestro petróleo, Adolfo Silenzi de Stagni, continuador de las ideas de los Generales Mosconi y Baldrich, decía que el verdadero capital se forma en casa, recuperando el patrimonio nacional esquilmado y no esperando inversiones extranjeras que se llevan más de lo que nos dejan.
En el Prólogo de su libro Las Malvinas y el petróleo Volumen 2, el mismo Silenzi transcribe un reportaje que le realizara un periodista amigo después del 14 de junio de 1982. Su respuesta a una de las preguntas pinta en forma clara sus ideas al respecto: Periodista: Algunos podrán afirmar que en política se debe ser realista y que en estos momentos gravita nuestra deuda externa lo que hace inevitable un acuerdo con Gran Bretaña y EE.UU. en el campo financiero... Silenzi de Stagni: Es un error bastante generalizado suponer que nuestra deuda externa es el problema más importante y urgente que debe enfrentar el país. Hay otros que tienen prioridad y que se relacionan con la grave situación económico-social. Lo primero que nos debe preocupar es apuntalar el frente interno: cuidar de no contraer aún más el nivel de vida de la clase salarial, impedir una regresiva distribución de los ingresos y recuperar paulatinamente los sectores de la producción más castigados por la política económica aplicada en estos últimos seis años.”. Y más adelante, después de destacar que, por ejemplo la deuda externa privada, en parte, sólo ingresó a la Argentina a los efectos de obtener su registro oficial, para retornar inmediatamente a su país de origen sin ninguna aplicación en nuestro país, por lo que era aconsejable investigar previo a todo pago el origen y la aplicación de los fondos, agregaba: “...Para evitar el colapso de nuestra economía el camino correcto sería que todos los países de América Latina unidos plantearan una moratoria colectiva por un plazo no inferior a cinco años, con el objeto de mejorar el nivel de vida de los 380 millones de habitantes de América Latina con la aplicación de una política económica que rompa con todos los factores de dependencia y colonialismo. Este es un hecho revolucionario y con relación a la Argentina debería orientarse a la nacionalización de dos sectores vitales: el bancario y el del petróleo”.
Dice el Diario Clarín:
“Kevin Sullivan, el encargado de la Embajada de EE.UU. en Buenos Aires, adelantó el desenlace de las tratativas con el Club de París a sus interlocutores domésticos, privados y oficiales. Jorge Capitanich lo contó hace unas jornadas.”
“El acercamiento fue secreto y se produjo en negociaciones realizadas desde enero. En los informes que recibió el secretario del Tesoro, Jack Lew, ponderan la voluntad de Kicillof para cumplir con Washington.”
“Luego, Cristina autorizó a aplicar la receta del FMI: devaluación, aumento de tasas, tarifazos y caída del salario. Precisamente la instrumentación de esa receta hizo viable una cuestión política para la Casa Rosada: que el Club de París no insistiera con la auditoría del FMI, dado que Kicillof lleva adelante su tradicional programa.”
Pero seguro que Clarín miente y estamos ante un nuevo acto de independencia nacional, patriotismo y política nacional y popular.
Como decía Tato Bores “vermú con papas fritas y... ¡¡¡good show!!!

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