En la EMERGENCIA, iniciemos un camino distinto:
el viejo camino ha fracasado, una y otra vez, en toda la línea.
Por Horacio
Micucci
“El futuro del país es una
constante preocupación. Es por ello que se proyecta el PLAN DE APRENDIZAJE
INDUSTRIAL.”
“Cuando entre en ejecución, que lo
será muy pronto, año tras año, se entregará a la actividad de los talleres y de
las usinas a millares de jóvenes capacitados para el trabajo de engrandecer a
la Patria, del mismo modo que el Ejército y la Armada los capacitan para
defenderla.
General Perón. 1944
En la emergencia
sanitaria ¿no es hora de pensar que debemos luchar frente a este ataque del
Coronavirus, iniciando un camino de protagonismo popular, con un VOLUNTARIADO SANITARIO,
DOCENTE, ALIMENTARIO, que reciba del ESTADO, los medios para actuar? ¿No es
hora de pensar que lo que organicemos hoy, para la EMERGENCIA, tiene que tener continuidad
para avanzar con los jóvenes y veteranos, en el camino de una Argentina agroindustrial,
científica y tecnológica INDEPENDIENTE DE TODA DOMINACIÓN EXTRANJERA?
Hacen falta
respiradores y otros elementos de tecnología médica. Las Facultades
de BIOINGENIERÍA de la Universidades Nacionales tienen los equipos de
investigación aplicada que los podrían hacer acá, PARA QUE NO NOS FALTEN DE
NUEVO.
Las Facultades
donde se enseña Farmacia (como la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad
Nacional de La Plata) tienen centros que pueden producir medicamentos y los
estudiantes pueden aprender fabricando. Las farmacias de barrio pueden y deben
volver a la fabricación de Magistrales. Muchas de ellas están hoy fabricando,
incentivadas por su Colegio de Farmacéuticos en la Provincia de Buenos Aires
que, a su vez, tiene un laboratorio de control de calidad de los medicamentos.
Hoy podríamos movilizar
todos los recursos para fabricar POR EL ESTADO medicamentos aprovechando la red
de Producción Pública de Medicamentos (PPM). Utilizar la capacidad instalada de
los 39 laboratorios de PPM que hay en el país y del INTI como soporte
tecnológico. Resolver el problema de los medicamentos “huérfanos”. Utilizar el
conocimiento para hacer investigación y desarrollo a través de convenios con
universidades y organismos de ciencia y tecnología, para hacer síntesis de
principios activos, producción de proteínas de uso terapéutico por ingeniería
genética, etc. Hacer estudios de biodisponibilidad, bioequivalencia,
farmacovigilancia. Centralizar las compras para obtener mejores precios en
insumos y coordinación en la producción nacional sin que los laboratorios dejen
de atender necesidades regionales. Generar un instrumento formidable (la PPM)
para la negociación y para establecer precios testigo sobre la base de
estructuras de costos y no de “mercado”. Además, como los laboratorios públicos
están radicados en 12 provincias y la CABA, el desarrollo de un proyecto
nacional de PPM implicaría potentes desarrollos regionales, entre otras
virtudes. Se estaría, así, recogiendo la experiencia del EMESTA (Medicamentos
del Estado) del Dr. Ramón Carrillo que, en muy poco tiempo, siendo Ministro de
Salud durante el primer gobierno del General Perón, erradicó el paludismo, que vuelve a azotar a nuestros pueblos, como otras viejas enfermedades y endemias (dengue, sarampión, tuberculosis, sífilis, etc.).
Los estudiantes
avanzados de Medicina podrían constituir un ejército de VOLUNTARIOS SANITARIOS
Y VACUNADORES que aprendan mientras ayudan, vinculados a la realidad.
Vinculados a lo más profundo de la realidad nacional.
Es cierto lo que
dijeron patriotas como el Dr. Adolfo Silenzi de Stagni, insigne continuador de
los Generales Mosconi y Baldrich, los de la YPF heroica: “El capital bien
entendido se forma en casa”. Sólo habría que agregar: que no nos lo robe la dependencia.
Y lo más importante
del Capital Humano necesario lo tenemos en casa. Entre los dos elementos de las
fuerzas productivas del país, las máquinas y quiénes trabajan en ellas, lo mas
importante es el ser humano. Ese Capital, ese esencial elemento de las Fuerzas
Productivas, lo tenemos.
El viejo camino ha
demostrado su inutilidad; su incapacidad ante los sufrimientos del pueblo. Iniciemos
un camino nuevo.
La torpeza de los defensores del viejo camino para actuar en
las emergencias y en las situaciones normales ha quedado en evidencia. Las palabras
del ex presidente Macri comparando el “populismo” con el coronavirus, desde ya
demuestran la dureza de su corazón. Pero demuestran, también, que no entiende
lo que ocurre. Y un general que no conoce el terreno, no puede ser ni el
último soldado.
A la hora de repatriar a los que quedaron varados en el exterior sólo contamos con Aerolíneas Argentinas. Nos faltan aviones en la Fuerza Aérea, y barcos de una Marina Mercante del Estado que fue destruida intencionalmente. Ferrocarriles destruidos, una Marina sin barcos, un país indefenso. Mientras tanto el Astillero de Rio Santiago espera poder fabricar barcos.
Ese es el camino del fracaso, de la sumisión nacional, de la entrega del patrimonio argentino. De hambre y ajuste para el pueblo.
Ese es el camino del fracaso, de la sumisión nacional, de la entrega del patrimonio argentino. De hambre y ajuste para el pueblo.
Que el dolor se
transforme en fuerza. El viejo camino ha fracasado una vez más. Es impotente. Echémoslo
al rincón de los trastos viejos y emprendamos una nueva huella.
Una nueva huella
argentina de Independencia de toda dominación extranjera.
¿Cómo nos va a faltar
lo que tenemos o podemos producir?
Pongamos en marcha
a toda la fuerza que tenemos para vencer al Coronavirus. Y con esa fuerza que organicemos
hoy, iniciemos un nuevo camino. Con techo, tierra y trabajo como dijo Francisco. Con alimentos, salud y educación para todos. Hacia una Argentina donde el hombre no sea lobo del hombre y un mundo donde un puñado de países no sean lobos de los otros pueblos, países y naciones.,