El día después…
Algo se ha movido bajo los cielos y eso es bueno…
Por
Horacio Micucci
24
de abril de 2024
“Sos el león de la Metro, mucha
porra y poco rey. No me vengas con rugidos que no hay selva por acá y no soy
ninguna fiera ni la mona de Tarzán.
Yo fallo por accidente y no por
fatalidad. Cuando agarre la manija no sé si lo haré tan mal como ustedes, que
arremeten gobernando marcha atrás.”
Maria Elena Walsh
El 23 de abril de
2024 se produjo en Argentina (no sólo en la Ciudad de Buenos Aires y en el
conurbano bonaerense) una movilización (más allá de las cifras) de tal magnitud
que muchos dicen que es la mayor que se haya visto en mucho tiempo.
Las autoridades
hablan de 150.000 personas, pero la coincidencia es que, en todo el país, se
movilizaron cientos de miles (800.000 en Buenos Aires y un millón o millón y
medio en todo el país).
Y no es sólo el
número. En principio se trataba de una cuestión de disminución del presupuesto
que intentaba producir el ahogo económico de las Universidades Públicas. Pero
pronto el motivo se extendió a la defensa de la Educación pública, gratuita y
de ingreso irrestricto. Y del atraso salarial de docentes, no docentes e
investigadores y de los becarios sin becas a la vista. Y no sólo se movilizaron
estudiantes, investigadores y docentes del sistema estatal. Pronto aparecieron
adhesiones de Instituciones Privadas. Y se vio en la marcha a padres con sus
hijos o sus nietos.
Había expresiones
sindicales y de organismos sociales.
Pero, y era
notable, brotaron aquellos que no asisten frecuentemente a marchas públicas. Se
movió la novena ola…
La novena ola.
La novena ola es
una de las obras más conocidas e impresionantes del pintor ruso de origen
armenio Iván Aivazovski, que fue pintada en 1850. Representa el mar después de
la tormenta en la noche y a siete náufragos tratando de salvarse agarrados de
los restos de un barco. El nombre hace alusión a la tradición marinera que
atribuía a “la novena ola” de la tempestad el efecto más conmocionante. En la
impresionante pintura del artista se representa esa tradición marinera: La novena
ola de un temporal remueve todo, las aguas más profundas que hasta ese momento
parecían tranquilas.
¿Se movió la novena ola el
martes 23 de abril de 2024?
Pareciera que sí.
Pero la novena ola vino
precedida por otras (como siempre, por eso es la novena). Un paro del 24 de
enero que mostró que, a poco más de un mes de la asunción del nuevo gobierno, surgió
una protesta temprana, presagio de que no sería tan fácil hacer pasar los
planes de Milei-Villarruel (y de los poderosos grupos económicos que se
benefician con él: el Círculo Rojo y el Dios Mercado). Ese paro ocurrió a pesar
del deseo de algunos de conciliar, someterse o simplemente coincidir con las
nuevas políticas de ajuste al pueblo, retroceso de derechos adquiridos y
entrega descarada del patrimonio nacional.
Luego, el 8 de marzo, se
reafirmaron en las calles los derechos de la mujer, conquistados y a conquistar,
que la dupla Milei-Villarruel niegan también.
El 24 de marzo, aniversario de
la dictadura instaurada a sangre y fuego hacía 48 años, nuevamente las calles
fueron conmovidas en todo el país, alertando que no todo se olvida y que no les
será fácil volver atrás.
Por último, el 2 de abril, en
el Cenotafio y en todo el país, nuevamente se reivindicó que las Malvinas son
argentinas, que fue justa su recuperación y que es imposible la independencia
argentina sin la integridad territorial completa, a pesar de la conciliación
del gobierno con los ingleses y con la OTAN. Fracasó el intento de
Milei-Villarruel de utilizar la fecha. Su acto conciliador fue un fracaso. Y su
inacción, a través de Mondino, frente a las provocaciones inglesas, quedaron de
manifiesto.
Ayer, 23 de abril de 2024, la
movilización fue por la educación pública, gratuita, irrestricta en su ingreso.
Es como si el pueblo fuera
poniendo límites. No todo se compra ni todo se vende, como se decía en aquella
película argentina que marcó, en su adhesión juvenil, el comienzo del fracaso
final del menemismo (ahora reivindicado nuevamente por Milei-Villarruel, que
gobiernan intentando volver al pasado, empeorando el presente).
El disfraz del gobierno se va
destiñendo. La casta a la que dice atacar está principalmente en su seno.
Funcionarios y senadores que tratan de maquillar en nuevas formas la ley
Ómnibus y que no terminan de anular el DNU 70/24, tardan segundos en aumentarse
sus sueldos.
El gobierno
arremete gobernando marcha atrás
Arremete intentando volver,
marcha atrás, a la Argentina del siglo XIX, cuando había 94% de pobres y 6% de
ricos. Y estamos cerca: la pobreza bordea ya el 70%. Eso sí: sin ley 1420 y sin
el Informe de Bialet Massé, que exigiría medidas en salud pública que este
gobierno ni siquiera contempla.
El gobierno es negacionista
porque quiere esconder que el plan del Proceso fue el de Martínez de Hoz,
aplicado a sangre y fuego, e intenta emular ese plan.
El gobierno es contrario a los
derechos de la mujer.
El gobierno quiere acabar con
derechos laborales duramente conquistados.
El gobierno se subordina a los
que nos usurpan y colonizan las Malvinas y sus espacios marítimos y aéreos
adyacentes. Pide ser “socio global” de la OTAN que tiene la más grande
base militar extranjera de América Latina en nuestras Malvinas colonizadas.
Concilia con los ingleses que colonizan nuestras Malvinas y pretenden adueñarse
de nuestro Sector Antártico al que llaman Tierras de la Reina Isabel. Rompe con
la tradicional política exterior argentina de no alineamiento en las disputas
entre las potencias y nos inmiscuye en sus guerras haciendo peligrar a la
Patria y a su Pueblo. Intenta profundizar la entrega de tierras a monopolios
extranjeros en zonas estratégicas, aumentando el latifundio que impide el
acceso a la tierra del verdadero campesino productor. Funde PYMES, comercios de
cercanía y al empresariado nacional.
El gobierno quiere volver a la
Teoría de Defensa que pone como enemigo al pueblo que protesta: Teoría del
enemigo interno y las nuevas amenazas, aplicadas por Onganía, por el Proceso y
defendida por Macri hasta hoy. Por eso no es raro que la ministra Bullrich
ponga más efectivos en reprimir las protestas populares que para perseguir al
narcotráfico.
El presidente Milei exalta la
fuga de capitales y propone blanqueos que favorecerán a los grandes jefes del
narcotráfico (persigue a pequeños dealers y no a los grandes narcos disfrazados
de empresarios, funcionarios, etc.).
El 35% de su ajuste se lo sacó
a los jubilados. Para él ¿los jubilados serán la casta?
Destruye la cultura y el arte
porque sabe que un pueblo sin cultura propia no puede triunfar.
En fin, las políticas que
propone son las de Martínez de Hoz y la dictadura, Menem-Cavallo, Cavallo-De la
Rúa, y las de Macri.
Todas de final anunciado de
desocupación, hambre y entrega, destrucción de la Educación pública, de la
Ciencia y de la Tecnología, de la Cultura, de nuestra capacidad en la industria
atómica. De sumisión e indefensión nacional (comprando aviones chatarra y
destruyendo nuestra industria militar estratégica, entregando petróleo, gas,
litio y tierras raras).
La novena
ola exige nuevos caminos.
La ministra Bullrich amenazó
con aplicar su protocolo para las manifestaciones. Soñaba, tal vez, con una
reedición de Onganía y su noche de los bastones largos, en 1966.
Pero no pudo. La novena ola
del pueblo ocupó extensamente las calles.
En el 2001, con el
Argentinazo, entró en crisis el sistema de partidos y las soluciones que
proponían.
En 2023, la crisis alcanzó a
las coaliciones.
En un mundo donde las
potencias se disputan territorios y áreas de influencia a expensas de nuestros
países, pueblos y naciones oprimidos, se acentúan los factores de guerra (como
advierte el Papa) y las potencias van conformando bloques. Los servidores de
cada potencia y sus intereses, también disputan adentro de nuestro país,
acentuando nuestra dependencia y la rapiña de nuestras riquezas.
No hay plata dice el
presidente. Pero la hay, es la que desaparece con esa rapiña y su consecuencia:
una deuda externa ilegítima, odiosa, usuraria y fraudulenta.
Para eso hay plata. Para el
presupuesto educativo, sanitario, alimentario, de ciencia e investigación, para
apoyo de la producción nacional, no la hay. Para Techo, Tierra y Trabajo como
propone Francisco, no hay plata.
Todo hace pensar que la novena
ola continuará con sucesivas oleadas. El 1º de mayo y el paro del 9 de mayo
deben ser parte de eso.
Pero lo ocurrido ayer exige,
también, ser meditado por los luchadores del pueblo, por los patriotas y
demócratas. Por los integrantes comunes de nuestro Pueblo.
La salida
no es para atrás, repitiendo viejos caminos.
Es con un nuevo programa de
Independencia nacional de toda dominación extranjera, como dice el Acta de
nuestra Independencia, (sin bases ni flotas extranjeras en nuestro territorio
continental, insular, marítimo y fluvial y con la integridad territorial
completa, incluyendo el Sector Antártico) para cumplir los derechos del pueblo
del campo y la ciudad.
Del padre campesino que
trabaja la tierra (no del latifundista que lo oprime) y de su hijo que estudia
en la escuela y en la universidad.
Del obrero y del comerciante
de cercanía, urbano y rural, y de sus hijos estudiantes.
Del trabajador de la salud,
del docente, del científico, del trabajador de la cultura y de sus hijos
estudiantes. Y de las mujeres cuyo trabajo oculto es parte del Producto Bruto
Interno real que pocos ven y menos este gobierno.
Será necesaria una amplia
unidad patriótica, democrática y popular que en el día de ayer se demostró
posible, alcanzable y real.
Pero esa unidad exige nuevas
formas de organización donde puedan expresarse los deseos del pueblo, sin
malintencionados que las desvíen. En los barrios, en los campos, en las
fábricas, en las escuelas, en las universidades, en los clubes de barrio, en
los centros de jubilados, en las Sociedades de Fomento, en las multisectoriales.
Con representantes cuyos mandatos sean revocables si no se cumplen las
decisiones de las mayorías.
Organizaciones nuevas y viejas
que den cabida a los sin voz que ayer se han hecho oír de nuevo.
Las organizaciones que están
ahora deben convertirse, (como ocurrió en 1810 con el viejo cabildo de origen
colonial y feudal), en una expresión de la Independencia y los derechos del Pueblo.
De allí surgirán los continuadores de San Martín y Belgrano, de Moreno, de
Güemes y Artigas. De los Patricios y los Granaderos.
De los ignorados que pugnan,
una y otra vez, por escribir su propia historia.
Horacio
Micucci
24 de abril
de 2024