APUNTES PARA UN PROGRAMA
DESARROLLO INDUSTRIAL, EDUCACIÓN TÉCNICA Y DEFENSA NACIONAL.
LAS CINCO GRANDES RELACIONES.
Puntos industrialistas claves para una Defensa Nacional Patriótico-Popular, Integral e integrada.
Por Horacio Micucci
¿Qué tipo de industria haría falta?
Hay, al menos cinco
contradicciones a superar en el desarrollo industrial argentino. Ello
determinará también la amplitud y el contenido de la Educación Técnica que se
promueva La cuestión integra aspectos conflictivos como la Educación Pública, el
Desarrollo Industrial y la Defensa Nacional que sucesivos gobiernos (y éste en
particular) han abandonado o se empeñan en destruir con sus políticas.
1.- Relación entre Industria y Agricultura
Industrializar no
significa abandonar la agricultura. Todo lo contrario, exige también, hacer
real la propuesta de: Reforma agraria con un millón de chacras mixtas con
campesinos propietarios.
Además, deberá
atenderse a la comercialización de sus productos.
Decía el General Perón
en sus primeros años:
“Es
indudable que una coordinación acertada de las operaciones de comercialización
e industrialización es también un factor fundamental en la valorización de los
productos. Los chacareros saben lo que cuesta conquistar de la tierra un
quintal de maíz. Y es penoso que cuando ese quintal de maíz ha producido la
suma de diez pesos, vaya a través de los ferrocarriles o la hornalla de una
fábrica o al pesebre de unos cerdos muriendo también en la misma suma. En
cambio, una industrialización conveniente evita que ese quintal nacido en diez
pesos muera en diez pesos, pues obteniendo de él todos los subproductos que
contiene su valorización puede llegar hasta cuatro veces su precio primitivo.
Con eso... puede mejorarse a productor, puede obtener mayor ganancia el
industrializador y puede quedar un remanente para pagar mejor la mano de
obra... Es menester realizar lo que la economía moderna exige: no exportar
nuestro trabajo agrario, sino exportar los productos ya industrializados para
que la riqueza de la producción y del trabajo queden en nuestro propio país.” (1)
Todo lo contrario al
actual impulso de la primarización de nuestra economía, del extractivismo
contaminante y depredador, de la destrucción del ambiente que es parte del patrimonio
nacional, y la destrucción de nuestra potencialidad industrial.
La agricultura no debe
ser contrapuesta al desarrollo industrial ya que produce materiales necesarios
para la vida de lo más importante de las fuerzas productivas del país, que es la
mujer y el hombre argentinos y, también, es fuente de materias primas para la
industria. Entonces, es preciso desarrollar la industria sin abandonar la
agricultura, y ayudar a tecnificarse a un millón de pequeños campesinos
propietarios surgidos de la Reforma Agraria que termine con ese latifundio que
impide el acceso a la tierra del verdadero productor agrario. La escuela
técnica deberá apoyar la capacitación de la mano de obra de ese millón de
chacareros propietarios surgidos de la reforma agraria necesaria.
2.- Relación entre Industria concentrada o diseminada:
Grandes empresas estatales integrando a PYMES e industriales verdaderamente
nacionales.
Aquí aparece la
necesidad de contemplar la defensa nacional. Se presentan varios prototipos
industriales posibles.
¿Una Industria grande y
centralizada (¿cómo el pino, que crece rápido y alto pero que es frágil ante
una tormenta?). Desde el punto de vista de la Defensa Nacional este prototipo
es difícil de defender ante un ataque externo a una Argentina Independiente. Ataques
aéreos a grandes centros industriales localizados y concentrados podrían
colapsar a Argentina rápidamente.
Una alternativa sería
una industria descentralizada, pequeña y diseminada, como el césped, que si se
lo quema siempre queda una porción capaz de volver a crecer. Ésta es una mejor alternativa para la defensa
nacional pero no permite desarrollos que respeten escalas adecuadas.
Una respuesta
superadora podría ser, entonces, un modelo combinado de industria diseminada
que incluya centros de mayor escala. Una industria como el hongo, que se
disemina debajo de la tierra y tiene algunas setas que afloran al exterior.
Este último prototipo “tipo hongo” combina la necesidad de la escala, con
centros mayores, unido a lo diseminado que es menos vulnerable a una agresión
(pensado desde la Defensa Nacional). Del mismo modo podría pensarse la
producción de energía. La combinación de la energía del petróleo y el gas con
las fuentes alternativas (eólica, solar, de mareas, atómica, etc.), diseminadas
según las características regionales, podría ser la solución. De manera que
pueda impedirse que la caída de un punto frágil de la red energética produzca
un “apagón energético” general. Todo lo anterior significa verdadero
federalismo.
Se deben tener en
cuenta e integrar a las PYMES, por lo anterior, porque son grandes empleadores,
en conjunto, y son un aporte a la lucha contra la desocupación. Significan no
menos del 68% del empleo argentino.
La Educación técnica
que se promueva debe, entonces, extenderse por el país, alcanzar al conjunto de
la población en sus distintas áreas y combinar técnicas simples con avanzadas y
necesidades nacionales con particularidades locales.
3.- Relación entre Industria pesada e Industria liviana.
Con centro en la
industria pesada (que es clave para la independencia y es productora de medios
de producción) se debe desarrollar la liviana, que produce los elementos
esenciales para el sustento para el ser humano (principal elemento de las
fuerzas productivas). La Industria liviana, además, producirá una mayor
ampliación del capital, que puede luego ser reinvertido en el desarrollo de la
industria pesada que, a su vez, es base de la independencia y control del ciclo
completo de la esfera productiva. La educación técnica debe contemplar
contenidos que responda a las necesidades tanto de la industria pesada como de
la liviana.
4.- Relación entre Industria de los grandes centros urbanos
y la del interior.
Esto implica un
verdadero desarrollo federal de autonomía local e integración nacional. Se
corresponde a un país de desarrollo armónico sin áreas más oprimidas dentro de
un país oprimido, indefenso y dependiente en general.
Federal y no unitario.
La política actual en
el plano de lo impositivo, coparticipativo e industrial es cada vez más unitaria.
Será necesaria una logística adecuada para favorecer el desarrollo industrial
(y agrícola) del interior. Implica combinación de camión, ferrocarril y barcos
y su producción. Y el avión como transporte de cargas y personas.
Esto incluye el
desarrollo del transporte polimodal para favorecer a la industria y la
producción agrícola más alejada, combinando el transporte automotor, con el
ferrocarril y el transporte marítimo, fluvial y aéreo.
Entonces la logística y
la mano de obra para la construcción y el manejo camiones, trenes, barcos y
aviones debe ser incluida entre los contenidos de la escuela técnica.
Desde ya, esto implica
la capacidad industrial, que tuvimos y aún conservamos en parte, de fabricar
automotores, trenes, barcos y aviones.
La lucha por
conservación de lo que resta de la Industria para la Defensa, del desarrollo
científico y tecnológico, de los centros de investigación y docencia, es parte
de este camino.
La defensa de la
Universidad pública y, en general de la escuela pública (hoy cuestionada por
este gobierno y anteriores), de Fabricaciones Militares y, en este momento, del
Astillero de Rio Santiago son caminos previos necesarios e insoslayables.
5.- Relación entre desarrollo industrial y Defensa
Nacional.
También en la defensa
nacional el hombre es más importante que el arma. El General Vo Nguyen Giap que
comandó las tropas vietnamitas que derrotaron a los franceses en la Batalla de
Dien Bien Phu y luego a los norteamericanos, sostenía esto. (2)
Todo lo que contribuya
al bienestar físico e intelectual del hombre argentino es clave para una
Defensa Nacional Patriótico-Popular Integral e Integrada (3), que siga el
ejemplo de 1806 y 1807 y de nuestra Guerra de la Independencia, integrando a
oficiales y suboficiales profesionales con un pueblo preparado para la Defensa
Nacional. También lo será para la reconquista indispensable de nuestras
Malvinas y mares e islas colonizadas por el imperio británico, para lograr
muestra integridad territorial completa.
Pero Defensa Nacional
no es sólo tener balas, barcos, aviones y cañones (condición necesaria pero no
suficiente). También es industria para la Defensa de la Patria y el Patrimonio
Nacional.
Desarrollos y
multiplicación de ejemplos como el Astillero de Río Santiago (hoy atacado por
una política que quiere “dinamitarlo” y que continúa siendo estatal por la
lucha de sus obreros) son claves para la industria naval, la construcción de
una Flota Mercante del Estado, marítima y fluvial y el control de la riqueza
pesquera. También lo es el control de toda la cadena productiva del petróleo,
desde el subsuelo al surtidor. Lo anterior es indispensable para recuperar
Malvinas y para repeler toda agresión externa.
Lo mismo ocurre con el
desarrollo de una química pesada, petroquímica y farmacoquímica. Esto es base,
por ejemplo, para una política independiente de medicamentos, accesibles al
pueblo (y a las tropas de unas Fuerzas Armadas que no sean reducidas a mera
policía interior, como ahora se pretende). El antibiótico fue secreto de guerra
de EE.UU. hasta 1945. Esa fue la base del predominio de la industria
farmacéutica estadounidense posteriormente.
Estas áreas deberán,
entonces, ser contempladas en la formación técnica necesaria, en la
investigación científica básica, aplicada y en el desarrollo tecnológico de
punta de organismos y centros universitarios, combinados con la actividad
productiva en las Industrias del Complejo Estatal en áreas estratégicas (petróleo, gas, energías renovables,
aparatología médica de avanzada, medicamentos indispensables, comunicaciones, informática
de punta, química pesada, etc.), en los sectores claves para la Independencia
de toda dominación extranjera, que permita el desarrollo de un verdadero
empresariado nacional con objetivos no contrapuestos a los intereses del Pueblo
y de la Patria. Un empresariado distinto de aquel que, hoy mismo, intermedia y
lucra con la dependencia argentina, entrelazado con los latifundistas, asociados,
juntos, a distintas potencias que luchan por la tajada de la rapiña nacional,
autores y promotores de viejas y nuevas corrupciones para utilizarlas como vía
de acumulación y base social de la dependencia argentina.
Argentina es como un
embudo: por arriba entran ingresos económicos. Por el pico de abajo sale poco o
casi nada para el Pueblo. Este embudo de Argentina dependiente tiene, en sus
costados, infinidad de agujeros por los que drena líquido: intereses de una
deuda externa eterna e impagable, la renta de latifundistas parasitarios que
oprimen al campesino productor y que paga toda la sociedad en sus compras
diarias, sobrefacturación de importaciones por monopolios extranjeros,
subfacturación de exportaciones por los mismos monopolios, retención en el
exterior de los dólares de los monopolios exportadores, etc. etc... Y hasta
coimas y sobreprecios. No sólo en obra pública. También en el petróleo, por
ejemplo, con precios “legales” por barril en boca de pozo más de tres veces
superiores a los costos internos. Ese es
el verdadero Déficit.
Monopolios extranjeros
producen en Argentina el 64% del PBI, mientras que en Brasil es sólo el 24%.
Esa es una de nuestras “patologías”
Ese Programa Industrialista
no debe ser un papel escrito más, y nunca cumplido. No debe ser un buen deseo. O
una aspiración inalcanzable.
Es preciso, desde hoy,
que patriotas y luchadores populares se unan para iniciar ese camino; que pasa en
este momento por impedir esta política de ajuste al pueblo, productora de pobres
de toda pobreza, del desguace nacional, de la indefensión patria.
Como desde las calles
del Buenos Aires de 1806 y 1807 se llegó al 25 de Mayo de 1810 y a los campos
de Ayacucho y Tumusla, desde las calles de la lucha contra la dependencia, la
entrega y la destrucción de la Argentina Científica, Tecnológica y Agroindustrial
debe llegarse a un nuevo 9 de julio.
Un camino para hacer
realidad el Acta de nuestra Independencia: “Independientes de toda dominación
extranjera”.
1. Otegui, José María. El
General Perón fundador de las Escuelas Fábrica y de aprendizaje. Editorial FAC.
Buenos Aires. 1982.
2. Giap, Vo Nguyen. El
hombre y el arma. Ediciones La Rosa Blindada. Buenos Aires. 1965.
3. Micucci, Horacio.
Resumen de la presentación efectuada en la Universidad Nacional de San Martín
el 28 de julio de 2018. Defensa Nacional: Críticas y Propuestas.