El gobierno debió hacer concesiones al malhumor y la
protesta que crecen en los sectores populares.
El Mangrullo Argentino
1. Los
anuncios del gobierno
La Presidente anunció dos medidas de alto impacto que
se aplicarán a partir del 1º de marzo, que habrá que analizar en profundidad.
El piso del impuesto a las ganancias que pagan los
trabajadores sube el 20%. Ese piso pasa a ser de $8.360 para un trabajador
soltero, y de $11.573 para uno casado con dos hijos. Ese “piso” llevaba dos
años congelado; dos años en que la inflación real sumó alrededor del 50%. La
Presidente dijo que sólo el 17% de los trabajadores pagarán este impuesto
injusto; no dijo que, con los aumentos en las paritarias, lo seguirán pagando
alrededor más de tres millones asalariados.
Las jubilaciones y pensiones se aumentarán el 15,19%
a partir de marzo. Este aumento es uno de los dos que se aplican en el año,
luego de que la Presidente vetó la ley de 82% móvil.
Las protestas, las movilizaciones y el descontento de
crecientes sectores del pueblo forzaron al gobierno a abrir la mano, y
anticipar estos anuncios, que son insuficientes. No anunció ninguna medida para
los desocupados.
2. No
estamos para “buenas ondas”…
“Aterricemos” y “pongamos buena onda”, había dicho
antes la Presidente a los reclamos de aumentos salariales en las paritarias. Y
para las compras no lo había dicho mejor: “caminar para encontrar mejores
precios”. Hizo acordar a la inefable Lita de Lazzari que reivindicó por radio “el
derecho de autor” de esas consignas.
Ante el descontento y malestar crecientes hasta en
las bases de la CGT oficialista y la CTA oficialista, el gobierno debió ceder
algo, tratando de evitar que se produzcan rebeliones desde abajo en los gremios
de los dirigentes “Balcarce”.
Ahora la Presidente pidió buena onda. ¿Cuál es la
“buena onda” del gobierno, cuando la inflación fue del 50% y el piso del
impuesto a las ganancias sólo sube el 20%? ¿O cuándo saquea la ANSES y le niega
el 82% a los jubilados? ¿Cuál es la buena onda del gobierno cuando se niega a
tomar medidas para que aterrice la inflación, que este año rondará el 30%?
Sigue mintiendo con las cifras del Indec, que acaba de aplicar al piso de
ganancias: el 20% en dos años.
El obrero no provoca inflación, crea valor con su
trabajo. Su salario es apenas una parte de ese valor que creó: la más chica. La
parte más grande va a los que esquilman la Nación: monopolios, bancos,
terratenientes y el Estado. Ninguno de ellos crea valor y todos ellos son los
responsables de la inflación.
Los monotributistas, en su mayoría cuentapropistas,
siguen pagando más. Mientras tanto el juego, la renta financiera, los monopolios
megamineros y petroleros, los monopolios de exportación, etc. no son tocados. Y
los funcionarios que los sirven se enriquecen obscenamente. Roban a la luz del
sol y a cara descubierta.
Una parte de nuestro territorio sigue ocupado por el colonialismo
inglés que no pierde oportunidad para consolidar su usurpación y Argentina
sigue sumida en la indefensión. Un barco de guerra se hunde en el puerto como
símbolo de la desidia, el abandono y la entrega nacional.
Un verdadero cambalache discepoliano.
3. Ajuste
y devaluación
El gobierno fabrica billetes sin parar, en un año
aumentó el dinero circulante en un 40%; usa las reservas de moneda extranjera
para pagar deuda; saquea “cajas” que son de los trabajadores como la ANSES ($80.000
millones de pesos en los últimos 4 años), o las obras sociales sindicales a las
que les debe más de $15.000 millones.
El gobierno no sólo avanza con el ajuste, también
permite que funcione el mercado paralelo (el “dólar blue”, que el 28 de enero
llegó a $ 7,59), que es el que toman en cuenta, cada vez más, los monopolios
formadores de precios, a los que el gobierno debería controlar y no controla.
Además, el Secretario de Comercio, Moreno, anunció que el dólar “oficial” se
irá a $6 a fin de año, lo que significa una devaluación del 21,5%.
Hasta el Indec
tuvo que reconocer que la industria cayó el año pasado. Dice que cayó el 1,2%;
la UIA da una cifra casi el doble: 2,1%. Los economistas del gobierno (se supone
que son optimistas), estiman un crecimiento, este año, del 4%; lejos del
crecimiento con “tasas chinas”.
Inflación alta y crecimiento “mediocre” no es un buen
panorama para un año con elecciones que definirán la suerte del plan de
re-reelección.
Los patriotas y luchadores del Pueblo deberán seguir
esforzándose en trabajar por la unidad de las fuerzas patrióticas y democráticas
y para su reagrupamiento en propuestas para una Argentina Independiente donde
el pueblo sea realmente soberano y sus derechos se respeten.
Este es un Estado podrido hasta los tuétanos por la
corrupción y el narcotráfico. Es preciso un Estado Patriótico y Democrático para
que Argentina se ponga de pie y abandone la sumisión y la indefensión nacional
a que han llevado a nuestra gloriosa Nación.
Sólo así podremos llevar adelante las tareas de la Segunda
Independencia que nos legaron los patriotas de Mayo de 1810.
Independientes de toda dominación extranjera, como
dice el Acta de nuestra Independencia.