LA VACUNA NO SE MANCHA…
Por Horacio Micucci
19-02-2021
1º.- En el día de
hoy se conoció la existencia de un “vacunatorio de privilegio” en el ámbito del
Ministerio de Salud de la Nación.
El hecho tomó
estado público por un reportaje radial del “¿periodista?” Horacio Verbitsky,
que dijo que había preguntado a “su amigo”, el ex Ministro de Salud Ginés
González García, cómo vacunarse y que éste, primero, le indicó el Hospital
Posadas y luego lo invitó a hacerlo en la propia sede del ministerio, donde se
había trasladado a personal vacunador de dicho hospital. Trascendieron nombres
de otros individuos que, como Verbitsky, no estaban en las listas de personas
que, por tarea esencial, por sus riesgos por enfermedades pre existentes o por
edad, deben previamente, anotarse en listados públicos y esperar, como
corresponde, su turno de llamado para vacunarse.
2º.- El hecho
anterior debe repudiarse sin atenuantes.
Porque la vacuna es
un bien escaso, y todos tienen igual derecho a ella, sin necesidad de
“contactos”, vínculos, “jerarquías”, etc. Tienen igual derecho en el mundo, y
en Argentina también, empezando por los que más la necesitan, los más
débiles, los que están en riesgo y los que están en el frente de combate.
En el mundo, las
vacunas están monopolizadas por un puñado de potencias: diez países tienen el
95% de las existencias. Esas potencias imperialistas, por ahora con una
producción limitada, dan prioridad a sus países y las han convertido en un arma
estratégica en la disputa mundial. Estados Unidos e Inglaterra negocian con sus
aliados estrechos, y Rusia y China ocupan el vacío que dejan los yanquis. En
estas circunstancias, y ante la gravedad de la pandemia, Argentina debió
aceptar precios y condiciones desfavorables para lograr algunas dosis. Y por
eso deberá, hacia el futuro, poner todo su esfuerzo en una vacuna argentina.
Una vez más, tener soberanía es basarse en la fuerza propia. Quienes centran la
carencia de vacunas en una responsabilidad del gobierno, lo hacen para ocultar
a esas potencias y la existencia misma de un sistema imperialista de opresión a
pueblos, países y naciones. Sistema en el cual Argentina sufre la rapiña de
varias potencias, tiene una parte de su territorio colonizado por el Imperio
Británico y amplios espacios aéreos, marítimos y terrestres sin protección y
dominio efectivo, haciendo peligrar la proyección antártica y el futuro de una
Argentina Bicontinental.
Pero, así como en
el mundo es necesario oponerse a esta prepotencia imperialista, en Argentina es
necesario oponerse a que la vacunación sea un derecho de privilegiados, con
vínculos o capacidad económica.
3º.- Los que
organizaron y participaron en este condenable hecho han favorecido a los
enemigos de la lucha contra la pandemia, a los boicoteadores permanentes de
ella, a los conservadores de la Argentina dependiente, como los Macri, que sólo
defienden sus privilegios. Ellos están en pleno festín.
Se trata de un caso
de colusión con el enemigo por parte de los organizadores de “vacunatorios de
privilegio”. Como en una guerra, han favorecido la acción con el enemigo,
conscientes o no de ello.
Colusión, según el
significado lexicológico y jurídico del vocablo, es un pacto, un acuerdo
consistente en un convenio fraudulento entre dos o más personas en perjuicio de
un tercero. Atentar contra el acceso del pueblo a la vacunación igualitaria,
empezando por los más desprotegidos, los más humildes, los ancianos, el
personal esencial, las personas con riesgo preexistente, es un acto de colusión
con el enemigo de la Patria y el Pueblo. Es favorecer la acción y confluir con
los que se opusieron a la lucha contra la pandemia de múltiples formas, para
mantener SU ECONOMÍA, es decir sus negocios, sus intereses. Estos últimos saben
que para evitar más sufrimientos al pueblo hace falta que éste continúe, y
avance más, en asumir en sus propias manos la lucha contra la pandemia y que se
obtengan los fondos necesarios de los que se enriquecieron y llenaron sus
bolsillos con la entrega nacional y los ajustes al flaco bolsillo popular.
En efecto, en este
momento programas de los medios, páginas enteras y reportajes a dirigentes del Conservadorismo
de la dependencia, que militan en contra de todo lo que afecte sus
intereses oligárquicos, están utilizando este deleznable hecho para usarlo con
el fin de evitar que se pueda iniciar un nuevo camino de independencia nacional
y de bienestar popular. Una nueva huella de Argentina Independiente de toda
dominación extranjera.
No es: ECONOMÍA o
LUCHA CONTRA LA PANDEMIA. Es otra economía para luchar contra la pandemia y
continuarla en la post pandemia. Y el enemigo lo sabe y a eso se opone, porque
eso afecta sus intereses.
Es una opción de
hierro: o medidas como el Primer Plan Quinquenal de 1946, con la tierra para el
que la trabaja o es la Década Infame iniciada con el derrocamiento de Yrigoyen en
1930.
No hay otro camino
que decidirse a lograr el Techo, Tierra y Trabajo de Francisco con Alimentos,
Salud y Educación para todos. Empezando por los de abajo.
Vacunación
igualitaria no significa que se vacunen todos, en cualquier orden y en un
“sálvese quien pueda” propio del individualismo insolidario del régimen
conservador de la sumisión, la indefensión y la dependencia de Argentina.
El derecho, para ser igual, debe ser desigual. Debe ser desigual, no en
beneficio de los que más pueden o los más “vivos” o con “conexiones”. Debe ser
desigual en beneficio de los más necesitados y los más desprotegidos. Primero
los últimos.
Ese es el ejemplo
austero y sacrificado de San Martín, Belgrano, Güemes y Artigas.
4º.- ¿Es una
operación política? Escrito lo anterior, cabe hacer algunas reflexiones.
Es rara la actitud
de Horacio Verbitsky. Como al descuido, “sin querer”, provocó una crisis en el
gabinete de Salud. Es difícil pensar en una casualidad. En el pasado reciente
se debatió en los medios sobre algunas cosas de su pasado, no precisamente como
revolucionario. Él debió contestarlas públicamente. Pero quedaron dudas.
Tal vez alguna vez
se sepa si este hecho deleznable no fue promovido por algunas potencias que
disputan Argentina.
Pero, aunque lo
anterior no fuera así, es objetivo que se favoreció a intereses antinacionales
y antipopulares. No porque Horacio Verbitsky lo hiciera público. Sino porque
ocurrió y él fue participe del hecho deleznable.
Es plausible considerar
que lo ocurrido sea un capítulo más de la lucha por tajadas de nuestro país,
entre distintos sectores de empresariado que vive de la dependencia argentina.
5º.- El hecho es
repudiable. Fue justa la actitud del presidente Fernández de echar al ex
ministro. Pero el hecho no debió ocurrir y no debe volver a ocurrir.
En este punto, no se
puede dejar de recordar las Instrucciones de Mao a los Voluntarios del Pueblo chino
(19 de enero de 1951) que concurrieron en apoyo de Corea ante la agresión
estadounidense: “que se eduque a nuestros mandos y combatientes para que
(…) no tomen del pueblo coreano ni una
sola aguja ni una sola hebra de hilo, tal como es nuestra actitud y manera de
proceder en el país; ésta es la base política para nuestra victoria. Siempre
que procedamos así, lograremos la victoria final.”
Los que actuaron en
este hecho despreciable conocido hoy, han tomado mucho más que una pequeña cosa
del pueblo argentino. Le han quitado algo vital que le corresponde y han
violado su confianza. Contribuyeron a debilitar su espíritu de lucha. Y en eso
también han favorecido al enemigo de esta pelea contra la pandemia. Como los
traidores en una guerra.
Por el contrario, los
voluntarios argentinos de los comedores, los merenderos, de promoción de salud,
de lucha contra la violencia de género, no sólo no toman ni una brizna en
beneficio propio, sino que arriesgan su vida y la de los suyos, en beneficio
del pueblo.
Ese es el ejemplo a
seguir.
6º.- Alguna vez se
dijo, al comienzo de esta pandemia, que sería una lucha popular y prolongada. El tiempo
ha demostrado que esto es cierto.
Sólo se podrá
triunfar si las organizaciones del pueblo en las ciudades y los campos, sociedades
de fomento, cuerpos de delegados de las fábricas, centros estudiantiles, etc.,
unidos en Comités de Emergencia, asumen en sus propias manos la tarea,
obteniendo los fondos necesarios de empresarios que intermedian y lucran con la
dependencia argentina, de timberos de las finanzas, de latifundistas que
impiden el acceso a la tierra para trabajarla al verdadero campesino productor.
En fin, de los que se enriquecieron en los últimos años.
Sólo ese camino permitirá
una gran campaña de vacunación, donde los comités de crisis por barrios,
fábricas y escuelas garanticen llegar a todo el pueblo. Y que puedan actuar
brigadas de miles de promotores sanitarios, de estudiantes de ciencias de la
salud (medicina, bioquímica, farmacia, enfermería, etc.) que quieren servir al
pueblo junto al personal de salud, que sigue en la primera línea en esta
pandemia.
El Pueblo no es un
invitado de piedra.
La vacunación es
del pueblo, para el pueblo y dirigida por el Pueblo.