miércoles, 20 de enero de 2021

¿QUÉ CAMINO SEGUIR EN LA LUCHA CONTRA LA PANDEMIA Y EN LA POSTPANDEMIA? datos, balances e hipótesis al 19/01/2021

 ¿QUÉ CAMINO SEGUIR EN LA LUCHA CONTRA LA PANDEMIA Y EN LA POSTPANDEMIA?

PANDEMIA: datos, balances e hipótesis al 19/01/2021

Por Horacio Micucci (*)

 

En la página WORDOMETER, cuyo enlace se adjunta más abajo, se puede encontrar una tabla actualizada permanentemente con los datos mundiales sobre COVID 19.

ENLACE:  https://www.worldometers.info/coronavirus/

La página web es de estadísticas mundiales, de consulta por especialistas.

Sus datos son confiables para ellos.

La tabla permite ordenar las columnas de manera ascendente o descendente.

Figuran todos los países (hasta colonias, y otros como Andorra, San Marino y Liechtenstein)

Es interesante observar que, al día de hoy 19 de enero de 2021, a las 19:37 horas, muestra (y puede cada uno confirmarlo personalmente) algunos de los siguientes datos, en tablas elaboradas sobre la información de WORDOMETER:

Tabla Nº1. CONTAGIOS POR MILLÓN DE HABITANTES:

País

Orden

Casos por millón de hab.

EEUU

74.579

ISRAEL

14º

61.498

BÉLGICA

16º

58.513

SUIZA

17º

57.793

PORTUGAL

19º

55.692

PAÍSES BAJOS

22º

53.718

SUECIA

23º

52.622

REINO UNIDO

25º

50.921

ESPAÑA

26º

50.695

FRANCIA

28º

44.961

AUSTRIA

29º

43.878

BRASIL

33º

40.179

ARGENTINA

34º

40.058

 

Tabla Nº2. MUERTOS POR MILLÓN DE HABITANTES

País

Orden

MUERTOS por millón de hab.

BÉLGICA

1.762

ITALIA

1.376

REINO UNIDO

1.344

EEUU

12º

1.237

ESPAÑA

17º

1.158

FRANCIA

20º

1.092

MÉXICO

21º

1.089

SUECIA

22º

1.045

SUIZA

23º

1.015

ARGENTINA

25º

1.014

BRASIL

26º

991

Nota: En la Tabla Nº1. Casos por millón de habitantes., los primeros puestos son: 1º Andorra, 2º Gibraltar, 3º Montenegro, 4º República Checa, 5º San Marino y 6º Luxemburgo.

En la Tabla Nº2. Muertos por millón de habitantes., el primer puesto lo ocupa San Marino.

 

ALGUNAS CONCLUSIONES E HIPÓTESIS A ANALIZAR:

 

1.- La situación es grave en el mundo. Una pandemia es comparable a una guerra. Efectivamente, en la pandemia de Gripe Española de 1918/1919 murieron 50 millones de personas mientras que en la Primera Guerra Mundial fallecieron 22 millones.

El número total de muertos por COVID-19, en EE.UU., supera los 400.000. Es más que el número de estadounidenses que murieron en la Primera Guerra Mundial, la Guerra de Vietnam y la Guerra de Corea combinadas y casi la misma cantidad de estadounidenses que murieron en la Segunda Guerra Mundial, informa CNN.

Ver: CNN en español: [citado 19 de enero de 2021]; Disponible en https://cnnespanol.cnn.com/2021/01/18/ee-uu-tiene-un-nivel-alarmante-de-transmision-de-covid-19-dice-un-experto-el-pais-suma-casi-4-millones-de-casos-este-mes/

Italia y Francia tienen más muertos que muertos civiles tuvieron en la Segunda Guerra Mundial.

Argentina tiene una cifra comparable a la suma de los muertos por causas políticas ocurridos desde los bombardeos de Plaza de Mayo, en 1955, hasta la última dictadura.

No se debe subestimar la situación. Estamos en una grave emergencia social y sanitaria, agravada por la crisis económica en la cual estábamos sumidos, como resultado de políticas anteriores. La pandemia es como una lupa que amplifica los problemas y dolores de los pueblos, países y naciones oprimidos, entre los cuales nos contamos.

La pandemia no es un castigo divino. Ya se había alertado reiteradamente que las condiciones de explotación del ser humano y del ambiente que éste integra, hacían prever ésta y otras pandemias. La OMS (el 11 de marzo de 2019) y artículos en revistas científicas de primer nivel lo habían alertado respecto al peligro de gripes aviares. Y se identificaron causas sociales y económicas en el origen del Ébola, en África.

Estas epidemias no se producen por costumbres primitivas de grupos humanos. Se producen por las condiciones de vida indignas en las que son obligados a vivir, por la explotación a la que son sometidos.

Las pandemias no son algo intrínseco a la naturaleza como un fenómeno sideral con poca posibilidad de actuar sobre él. No estamos en la “ERA DE LAS PANDEMIAS” como si fuera una era geológica o como una glaciación. Estas pandemias (como las anteriores) son producto de un Modo de Producción. En este caso, el capitalismo en su fase imperialista que, en función de maximizar las ganancias y disminuir los costos, provoca estas situaciones.

Ver: Micucci H. Los determinantes sociales de enfermedad: Ante la epidemia de Coronavirus es hora de hacerse preguntas. Revista Argentina de Bioseguridad [Internet]. 2020 [citado 20 octubre 2020];7(7):44-49. Disponible en: https://fveter.unr.edu.ar/wp-content/uploads/2020/09/RAB-Ano-7-nro-7-2019.pdf

 

2.- El análisis de los datos presentados en el sitio mencionado (WORDOMETER) permite advertir algunas cuestiones:

a) Argentina ocupa el puesto Nº34 en contagios o casos por millón de habitantes, y el puesto número 25º en muertos por millón de habitantes (más abajo que países del llamado “mundo serio” por Carrió y Macri). Esto explica por qué, en los últimos días, algunos comunicadores cesaron en su actividad de ponernos como los peores del mundo. La línea “anticuarentena” ha fracasado de manera rotunda.

La línea de Macri, Bolsonaro, Trump ha demostrado su impotencia. Y su fracaso.

Esta posición ha sido la tradicional de la oligarquía argentina: subestimar las epidemias para mantener en actividad “sus negocios”. En 1918, el 16 de octubre, ya en la primera ola de la pandemia de gripe española en Argentina, el diario La Nación publicaba "La grippe no debe alarmar, su presentación es benigna" (SIC). NA: Con dos p, como si quisiera demostrar que era algo extranjero…

En el verano de 1919 las clases pudientes de Buenos Aires festejaron y vacacionaron. La segunda ola vino en el invierno de 1919. Arrasó nuestro país de norte a sur afectando a los más pobres económica, social y sanitariamente.

Las cifras de entonces, con la población argentina de esos años extrapolada a la población de hoy, muestran el equivalente de 75.000 a 150.000 muertes actuales.

Ver: Carbonetti A. Historia de una epidemia olvidada: La pandemia de gripe española en la argentina, 1918-1919. Desacatos [online]. 2010, n.32, pp.159-174. ISSN 2448-5144 [citado 19 de enero de 2021]; Disponible en http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1607-050X2010000100012#:~:text=La%20pandemia%20de%20gripe%20espa%C3%B1ola%20lleg%C3%B3%20a%20la%20Argentina%20en,argentina%2C%20olvido%20cuyas%20causas%20desconocemos .

Y agrega Adrian Carbonetti: Las mismas páginas (NA: de La Nación) daban cuenta de un fenómeno que es una constante cuando aparece alguna epidemia: la especulación alrededor de ciertos productos con los cuales era posible preservarse de la "grippe", según el conocimiento popular. El periódico denunciaba que las pastillas de alcanfor, los laxantes y las sales de quinina habían aumentado su valor en diez veces. En días posteriores, en el mismo periódico, comenzó a aparecer publicidad de distinto tipo acerca de productos cuya utilización, aseguraban, serviría para evadir o curar la "grippe".

Esta tradición oligárquica argentina de subestimar las epidemias y no tomar medidas a tiempo fue heredada de Inglaterra que no aceptó nunca las cuarentenas en los lugares donde éstas afectaran a sus intereses económicos. Boris Johnson actuó, al principio, en consecuencia. Pero olvidó que los ajustes habían deteriorado su sistema de salud y las condiciones de sectores de su población. Cuando lo notó, cambió de línea. El fino instinto inglés advirtió el peligro.

b) También ha demostrado su fracaso la línea de la “cuarentena inteligente”, “entrando y saliendo”.

En estas pandemias, un pequeño descuido produce grandes efectos. Cuando se disparan los contagios, el sistema entra en un crecimiento exponencial de consecuencias imprevisibles. Como en la conocida Teoría de Caos -rama de las matemáticas, la física y otras ciencias (biología, meteorología, economía, entre otras) que trata ciertos tipos de sistemas complejos y sistemas dinámicos no lineales muy sensibles a las variaciones en las condiciones iniciales- “el aleteo de las alas de una mariposa puede producir tempestades al otro lado del mundo”. Por eso es necesario no descuidarse. Allí está la raíz teórica de la idea de las cuarentenas inteligentes. Retroceder en las medidas, como proponen, aunque sea un poco, no permiten un retorno rápido sin consecuencias ni prever la magnitud del desvío.

La “gobernabilidad” de un fenómeno, desde la posición de las clases dominantes de un país, consiste en mantener sus intereses hasta el límite donde se produce la reacción popular. Muchas veces, cuándo la ideología y la propaganda no alcanzan para sostener el engaño, se sostiene la gobernabilidad con la represión, parando la protesta de esa manera. La posición de la cuarentena inteligente es hacer algo para mantener la pandemia dentro de límites aceptables, sin perjudicar los negocios e intereses de los beneficiarios de la dependencia argentina. Es la aplicación de la gobernabilidad a la salud pública: mantener un problema sanitario dentro de límites aceptables, en lugar de plantearse su erradicación.

Pregonan la “gobernabilidad” de los fenómenos para que se acepten las consecuencias de los mismos. Para que la resistencia popular no afecte la “institucionalidad”. O sea, son conservadores de la “institucionalidad de los entreguistas de la Nación y de los ajustadores del pueblo sobre los intereses del pueblo y de la Patria”. Es la “institucionalidad conservadora” del Estado oligárquico que los sostiene.

Quién escribe estas líneas, en ocasión del brote de dengue de 2009, escuchó decir a un técnico extranjero que le extrañaba que, en Argentina, se planteara llevar la enfermedad a límites “aceptables” y no su erradicación (pueda o no lograrse esta última). Cuando el presidente Fernández declara que no se puede gobernar lo ingobernable, en el fondo, manifiesta la inaplicabilidad de esa teoría de la gobernabilidad a esta pandemia.

c) Las dos líneas anteriores han fracasado. Argentina fue comparada con países incomparables con ella. Con condiciones sanitarias y de vida muy distintas.

Estocolmo (Suecia) tiene unos 5.000 habitantes por Km2 con óptimos servicios y viviendas. La Villa ITATÍ (conurbano sur), tiene 37.500 habitantes por Km2. Es la segunda villa de América, después de la Favela La Rosinha (39.000 habitantes por Km2). La Ciudad de Buenos Aires tiene 15.000 habitantes por Km2, pero las villas 31 y 31 bis tienen 85.000 habitantes por Km2. Ni hablar de sus carencias de servicios esenciales y de su hacinamiento.

Además, en los países europeos y en EEUU, se muestran datos promedio o de los lugares hasta donde llegan las estadísticas. Si se estudia la ciudad de Nueva York en detalle, los datos del Bronx (negros e hispanoparlantes) duplican, en morbilidad, mortalidad y letalidad por COVID, al elegante Manhattan. Ni que hablar que hay pocos datos que permitan ver las condiciones de los inmigrantes ilegales o legales al “paraíso europeo”. ¿Incluirán las estadísticas de Bolsonaro a las favelas? ¿sabrá o le interesará saberlo?

Los déficits en los sistemas de información de la salud son mundiales. Por eso la OMS los había incluido entre los objetivos del milenio que, como siempre, sólo sirvieron para dar conferencias y exponer en congresos. Hasta ahora no se resolvió el dilema hamletiano planteado por la OMS: “No es porque los países sean pobres que no puedan disponer de buena información. Es porque son pobres que no pueden darse el lujo de prescindir de ella.”.

d) Cabe preguntarse ¿cuáles fueron los méritos y las deficiencias de Argentina, en esta pandemia?

Porque está claro, al día de hoy, que no es el peor ejemplo, como se ocuparon de intentar demostrar economistas, políticos (como Macri), publicistas (me resisto a llamarlos comunicadores o periodistas, para no igualarlos a honorables próceres de esas profesiones) y los intereses económicos de la dependencia argentina y de los ajustes al pueblo, que regaron (y riegan) generosamente, con sus fondos, a los primeros.

No es el peor ejemplo, pero puede serlo sino debatimos esta cuestión.

 

3.- Haciendo un balance de lo actuado se puede decir:

a) Argentina acertó en el aislamiento temprano. Esto evitó que se dispararan exponencialmente las cifras, situación de difícil retorno. Fue acertado disminuir el transporte público, congestionado y altamente contagioso porque es incomparable al de países con los que se lo comparó y compara. Basta viajar, en horas pico, en los trenes que van y vienen entre el Conurbano sur y la Ciudad de Buenos Aires.

La suspensión de las clases presenciales escolares también fue acertada porque evitó la movilización y el aglutinamiento de niños, padres y docentes. Es mentira que los docentes no trabajaron. Los docentes, los alumnos y los padres aprendieron nuevas formas de enseñanza que serán muy útiles, en el futuro, no sólo para el conocimiento de los alumnos sino, también, para extenderlos a los padres en una educación continua. Recuerdo a una madre que me dijo que había aprendido mucho de historia argentina en estos meses. Desde ya, esto no significa que se reemplazará, para siempre, el contacto docente-alumno y la enseñanza basada en la práctica y la experimentación, con una enseñanza libresca, disfrazada de comunicación virtual.

Ver: Micucci H. ¿Clases presenciales en las escuelas? [internet] 2021. [citado 19 enero 2021]. Disponible en: http://palsur.com.ar/nota/778/clases-presenciales-en-las-escuelas-/

 Con fecha 16 de enero de 2021, The Wall Street Journal sostenía que Mientras las autoridades estadounidenses debaten si mantener las escuelas abiertas, está surgiendo un consenso en Europa de que los niños son un factor considerable en la propagación del Covid-19, y más países están cerrando escuelas por primera vez desde la primavera.”

Se evitó la saturación del abandonado sistema de salud (carente de presupuesto, debilitado, con jornadas y salarios inaceptables, desde hace años). No hemos visto, todavía, muertos en las calles sin atención y fosas comunes, como en otros países.

Los trabajadores de la salud cumplieron una labor heroica. Un sistema de salud accesible económica, geográfica y culturalmente es imprescindible y es una deuda. El Estado debe recuperar su papel rector para hacer de la salud un derecho inalienable de todos. La salud debe dejar de ser una mercancía. Los trabajadores de la salud deben dejar de tener que optar entre ser esclavos o mercaderes, en distintos grados y proporciones. Todos, y en todos los niveles, deben reivindicar su carácter de científicos de la salud y servidores del pueblo, con una remuneración justa y jornadas no extenuantes. Habrá que volver a Ramón Carrillo.

Fue justo promover que la ciencia y la tecnología nacional proveyeran los medios y la aparatología de la que carecíamos, en momentos en que un barbijo y un respirador se convirtieron en elementos estratégicos que las potencias reservaban para sí. Una vez más, los científicos y tecnólogos, despreciados, con salarios bajos y mandados a “lavar los platos” en gobiernos anteriores, estuvieron a la altura de las circunstancias.

b) Es necesario destacar el papel de la organización de barrios y lugares de trabajo y estudio, en Comités de Emergencia. Fue algo que se gestó abajo y se extendió por obra de quienes entendieron su importancia. Los movimientos sociales cumplieron un papel clave en ayudar a paliar la situación de los más necesitados. Los voluntarios de comedores y merenderos, los agentes de salud de barrios y pueblos, son héroes de estos días, insuficientemente reconocidos. Todo esto no surgió de golpe y de la nada. Fue incubado en años de lucha por la independencia nacional y los derechos del pueblo. Fue un factor crucial en la derrota del macrismo y lo será para abrir una nueva huella argentina. De ese mundo de lucha venimos y en él seguiremos, es bueno recordarlo. Es momento de avance, no de retroceso.

c) Fueron necesarios los apoyos del gobierno en la forma de diversos subsidios. Pero no fueron suficientes. Hizo y hace falta más.

Es incorrecto pensar en un Presupuesto 2021 sin pandemia. Porque no será así. Aunque el FMI lo requiera.

Es incorrecto pensar en paliar los efectos de esta pandemia y de la situación del pueblo con jubilaciones y salarios que no cubren la canasta básica, con necesidades de techo, tierra y trabajo como dice Francisco. O sin alimentos y salud para todos. Los acreedores deberán esperar y demostrar, antes, que sus exigencias son legales y no son usurarias, fraudulentas, ilegítimas u odiosas.

d) Lo que se hizo bien, explica por qué no estamos entre los peores, como quisieron hacernos creer. Pero hubo errores y carencias que pueden ponernos en ese lugar si no actuamos en consecuencia. Y rápidamente.

Fue incorrecto no establecer la cuarentena a todos los que ingresaban del exterior desde el principio. Fue incorrecto, en los comienzos, decir que el barbijo era inútil, presumiblemente para evitar que el pueblo los comprara, disminuyendo el stock de los que eran para el sistema de salud. Cuando se explicó la verdad, el pueblo fabricó sus propios barbijos y cubre cara. Y aprendió a protegerse.

El pueblo entiende la verdad. No es cierto que decir la verdad es “tirar malas ondas” o que es “pianta votos”.

Fue incorrecto relajar las reglas de protección. Y ceder ante los que hablaban de cuarentena inteligente para promover la desprotección y mantener sus beneficios. Y fue incorrecto no comprender la necesidad de más apoyos económicos a trabajadores, pequeños comerciantes, pymes, changuistas, cuentapropistas, monotributistas, profesionales, artistas, artesanos, campesinos pobres y medios, etc.

Es preciso destacar que no es cierto lo de “la cuarentena más larga del mundo”. Eso es un mito creado para boicotear las indicaciones iniciales y fomentar una línea derrotista ante el COVID. Las normas estrictas duraron los primeros dos a tres meses.

Para mantener las medidas contra la pandemia es necesario formar grupos de trabajo en los barrios populares para mejorar las condiciones de los mismos. Cada uno podría practicar su oficio bajo estrictas medidas de bioseguridad, en su barrio y para su barrio. Es preciso terminar con el hacinamiento, la falta de agua, cloacas, gas, etc.

Es necesario más para sostener esta lucha (casi una guerra) que será popular y prolongada o no será. Esto sólo podrá hacerse con la acción protagónica de la población y promoviendo Comités de Emergencia en cada lugar de trabajo, vivienda o estudio.

Y el dinero necesario deberá provenir de los que se enriquecieron y enriquecen con los dolores de Argentina y su pueblo. Lo que implica cambiar la orientación económica: otra economía para luchar contra la pandemia y para la post pandemia.

La pandemia ha demostrado que Defensa Nacional e Independencia no dependen solo de armamentos. Defensa Nacional es, también, seguridad de contar con insumos necesarios (energéticos, sanitarios, alimentarios, de transporte, industriales, etc.). Pero la seguridad de suministros implica, para nuestros países del mundo dependiente, tener Soberanía de suministros. Se ve cómo elementos sanitarios y aparatología son acaparados por las potencias. Hoy, 10 países concentran el 95% de las existencias de vacunas (OMS). La vacuna es, primero, un insumo de importancia estratégica para ellas. La lucha entre ellas es evidente: Italia anunció que iniciará acciones legales "en los próximos días" contra la firma estadounidense Pfizer por el retraso en la entrega de vacunas contra el coronavirus y la consecuente demora en su campaña de inmunización.

(TÉLAM. https://www.telam.com.ar/notas/202101/542060-coronavirus-italia-pfizer.html )

Lo anterior implica que, aunque hoy tengamos que hacer concesiones para obtener vacunas de todas las fuentes posibles, debemos persistir en tener nuestros propios insumos, nuestros propios medicamentos y nuestra propia vacuna, de producción estatal, apoyando los ensayos que están haciendo grupos de investigación argentinos y buscando la acción colaborativa con países como el nuestro.

e) Otra de las críticas del mundo “anticuarentena” es que no se hacen testeos masivos. Esto exige ciertas precisiones científicas. Una cosa es testeos dirigidos a aquellos contactos próximos a un contagiado y otra cosa es el testeo masivo que consiste en detenerse en una esquina y testear a todo el mundo. La Epidemiología, como disciplina científica, ha demostrado repetidamente que hacer testeos masivos, como estos últimos, es incorrecto en condiciones de baja prevalencia porque dará un alto porcentaje de falsos positivos, que aislarán a personas no contagiadas o, peor, los pondrán en centros de aislamiento donde convivirán con contagiados. Este tema será motivo de otro trabajo más detallado, incorporando los conceptos de prevalencia, sensibilidad y especificidad, valor predictivo positivo y valor predictivo negativo de los reactivos.

Sin embargo, podemos adelantar lo siguiente:

En epidemiología, se denomina prevalencia a la proporción de individuos de un grupo o una población que presentan una característica o evento determinado en un momento o en un período determinado. Si nos detenemos en la prevalencia puntual, en este momento, es el porcentaje de personas que tienen COVID 19 activo en condiciones de contagiar. Argentina tiene, en este momento, 169.130 casos activos detectados. Esto da una prevalencia de 0,37%. Si lo multiplicamos por 10, suponiendo que sólo detectamos 10% de los casos, tendríamos una prevalencia de 3,7%.

Se puede demostrar que cuando la prevalencia de la enfermedad es muy baja, el valor predictivo positivo es bajo. Este hecho ocurre incluso con pruebas diagnósticas altamente sensibles y específicas. Por ello, al aplicar pruebas diagnósticas para cribado de grupos de población general es frecuente que muchos de los sujetos con pruebas positivas sean falsos positivos, aunque se hagan correcciones por el Teorema de Bayes. Al haber falsos positivos, los no contagiados serán aislados inútilmente.

Ver: Ochoa Sangrador C, Orejas G. Epidemiología y metodología científica aplicada a la pediatría (IV): Pruebas diagnósticas. An Esp Pediatr 1999;50:301-314. [internet]. [citado 19 enero 2021]. Disponible en:  https://www.aeped.es/sites/default/files/anales/50-3-19.pdf

Un sencillo ejemplo, tomado del artículo citado más abajo, ilustra la situación. Para el diagnóstico del VIH se emplean test que han confirmado tener una alta validez, con valores aproximados de sensibilidad y especificidad de un 99,5%. Supongamos que se aplicase esta prueba a la totalidad de la población gallega, que se cifra en 2.800.000 habitantes. Si asumimos que en Galicia existen 6.000 pacientes VIH positivos (lo cual implicaría una prevalencia de 6000/ 2.800.000 =0,21%), el test resultaría positivo en un total de 19.940 sujetos, obteniéndose un valor predictivo positivo del 29,9%. Así pues, sólo un 29,9% de los sujetos con un resultado positivo en el test resultarían estar realmente afectados, mientras que un 70,1% de los mismos no presentarían la enfermedad. Resulta obvio que en una comunidad como la gallega la utilización de esta prueba no resultaría útil, debido a la alta proporción de falsos positivos que conllevaría.

Ver: Pita Fernández, S., Pértegas Díaz, S. Pruebas diagnósticas: Sensibilidad y especificidad. Unidad de Epidemiología Clínica y Bioestadística. Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (España) Cad Aten Primaria 2003; 10: 120-124. . [internet]. [citado el 19 enero 2021]. Disponible en:  https://www.fisterra.com/mbe/investiga/pruebas_diagnosticas/pruebas_diagnosticas.asp

De todas maneras, quienes sostienen el testeo masivo, no han tenido en cuenta la verificación en la práctica de lo que postulan. Israel, que ha sido presentada como modelo, ocupa el puesto número 14º en países con mayor número de testeos por millón de habitantes (1.060.071 testeos por millón). Y esto no evita que ocupe el puesto número 14º en contagios por millón, mientras que Argentina tiene menos casos por millón (puesto Nº34) aunque los testeos son menores (124.210 testeos por millón) y ocupa el puesto Nº113 en testeos por millón.

De la misma manera EEUU tiene 873.082 testeos por millón (puesto Nº19) pero ocupa el puesto Nº7 en número de contagios por millón. El Reino Unido ya sabemos cómo está. Ocupa el Nº25 en contagios por millón frente a Argentina que tiene menos casos por millón (puesto Nº34). Sin embargo, el RU tiene más testeos por millón que Argentina. El Reino Unido ocupa el puesto Nº17 y Argentina, como se dijo, el Nº113 en este aspecto.

Lo que ocurre es que en Argentina se aísla por diagnóstico epidemiológico (sin testeo) a los contactos directos que tienen síntomas. El tema es que el efectivo aislamiento depende de la disciplina consciente de la comunidad, que se logra con su participación protagónica, y que es la clave del camino a impulsar.

Además, hay que tener en cuenta que Argentina tuvo un solo centro de detección por bastante tiempo y que los reactivos eran limitados. Fue otro acierto lograr poner en actividad nuevos centros y fabricar test necesarios para ello, en el país. Nuevamente, no es lo mismo Argentina que muchos países con los que se la compara.

 

4.- Cabe preguntarse ¿qué línea no ha sido derrotada en la lucha contra la pandemia? ¿qué línea seguir?

El doctor en Ciencias Sociales (UBA), investigador del CONICET de la UNTREF y profesor de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA) Daniel Feierstein, en una reciente publicación en un medio electrónico, atribuye los retrocesos argentinos al abandono del Principio Precautorio, por conciliar con las dos líneas fracasadas que se mencionan más arriba, en este artículo:

la de no hacer nada (buscando un efecto rebaño sólo lograble con muchas muertes) o

la de la “cuarentena inteligente” o “contagio controlado” como él lo llama.

Ver: Feierstein D. La derrota del principio precautorio. Hacia un balance 2020 del COVID. 20 de diciembre de 2020. [internet]. [citado el 19 enero 2021]. Disponible en:  https://www.elcohetealaluna.com/la-derrota-del-principio-precautorio/

Efectivamente, retrocedemos y retrocederemos si abandonamos el Principio Precautorio. Pero ¿en qué consiste esto?

En microbiología, cuando se presenta un microorganismo que es altamente peligroso para la comunidad y para cada individuo, frente al que no se dispone de medicamentos ni vacunas, se está frente a un germen del Grupo de Riesgo 4. El surgimiento de vacunas y/o medicamentos mejoran la situación y se baja al Grupo de Riesgo 3.

Para el Grupo de Riesgo 4 sólo caben medidas de protección ante el contagio. Cuanto más se conozca de las vías de contagio, mayor precisión habrá respecto a qué elementos y procedimientos de protección usar. Afortunadamente, en caso del SARS COV2, se supo tempranamente que era un virus de transmisión inhalatoria, y se pudieron aplicar elementos y procedimientos adecuados y conocidos: barbijos, cubrecara, distanciamiento, ventilación, etc., ampliamente experimentados en la Bioseguridad, en la Epidemiología y en la Infectología, en otras epidemias y enfermedades de la misma vía.

El Mal de los Rastrojos era del Grupo de Riesgo 4 hasta el uso del plasma de convalecientes y el descubrimiento y aplicación de la vacuna. En ese momento paso a ser del Grupo de Riesgo 3.

Hoy, ante el Coronavirus, la aparición de vacunas y algunas terapéuticas, dan esperanzas, pero no hay que descuidarse. Hasta tanto no haya un número suficiente de vacunados (y eso puede llevar más de un año) se seguirá en Riesgo 4. Y la total erradicación del virus puede llevar mucho tiempo más.

Por lo tanto, habrá que continuar con el Principio Precautorio. Pero veamos más sobre este tema.

Dice Feierstein: “El principio precautorio constituye un modo de representarse nuestra relación con la comunidad en la que vivimos. Cuando decidimos implementar un conjunto de cuidados ante un virus desconocido (no solo para no contagiarnos sino fundamentalmente para no contagiar a los demás) asumimos la cooperación como guía comportamental. Hacemos algo por otro con la esperanza de que otro lo hará por nosotros y encontramos ratificación y estímulo al observar los resultados positivos de las medidas de cuidado.”

Efectivamente, el lema de la Bioseguridad Solidaria es “Protegerse para proteger y proteger para protegerse”.

En las actividades relacionadas con cuestiones ambientales, el Principio Precautorio es fundamental.

El "Principio o Enfoque Precautorio", surge de la Conferencia de la ONU sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (1992) que consagró los fundamentos del desarrollo sostenible. Desde allí, frente a una eventual actividad con posibles impactos negativos en el ambiente (que incluye a quienes viven en él), se impulsa que haya una decisión política que impida su realización, basada en indicios del posible daño sin necesidad de requerir la certeza científica absoluta. Existe inversión de la carga de la prueba. No son los afectados los que deben demostrar la contaminación, sino que una empresa (en caso de producción contaminante) debe demostrar que no contamina ni contaminará. Se analizan sus efectos económicos, sociales y ambientales, a largo plazo: su sustentabilidad económica, ambiental y social. Lo que esa actividad aporta en trabajo y mejora de la calidad de vida de la población.

Un enfoque precautorio pregunta:

I.- ¿Es realmente necesaria esta actividad? ¿Qué beneficios y perjuicios implica?

II.- ¿Cuáles son las alternativas para esta actividad? ¿Cuáles son más convenientes?

III.- ¿Cuánta contaminación puede evitarse?

Aplicado esto a la lucha contra el COVID implica preguntarse qué actividad se hará y cómo se hará. Se privilegia el derecho comunitario y social sobre el individual.

Han surgido voces en estos meses reclamando por su libertad cercenada. En este debate sobre qué es la libertad suele haber dos posiciones que contraponen, de ordinario, la libertad y la necesidad de su limitación. Una de ellas afirma que la voluntad es absolutamente libre, es decir, no está condicionada por nada. Otra de ellas sostiene que no existe el libre albedrío; que existe tan sólo la necesidad absoluta. La vida en la sociedad exige, sin embargo, respetar un semáforo en rojo. Si alguien exige tener la libertad absoluta de no respetarlo, su libertad le permitirá atropellar al pobre peatón. El animal salvaje está libre de condicionamientos sociales, pero no es libre. El animal es totalmente esclavo de su hambre y sus necesidades. Pero el animal salvaje no vive en una sociedad y el Homo sapiens es el único ser viviente en el que se verifica el movimiento social de la materia. El ser humano puede llegar a conocer las leyes de las ciencias sociales para orientar los cambios necesarios, en esa sociedad, para ser más libre.

Es que la libertad no consiste en una imaginaria independencia de las leyes de la naturaleza y de la sociedad, sino en el conocimiento de esas leyes, en la posibilidad de dominarlas y aprovecharlas en la actividad práctica. Hasta que nosotros no conozcamos una ley de la naturaleza, esa ley, existiendo y actuando al margen, fuera de nuestro conocimiento, nos hace esclavos de la ciega necesidad. Cuando hayamos conocido esa ley, independientemente de nuestra voluntad y de nuestra conciencia, nosotros seremos libres de ese condicionamiento. No seremos más libres negando la pandemia y sus consecuencias sino sabiendo más sobre ella y actuando, socialmente, según lo que ese conocimiento exige.

Lo curioso es que es frecuente que los mismos que alegan que las medidas contra la pandemia afectan su libertad, proponen que no se haga nada que afecte a algo que llaman “los mercados”. De tal manera que la democracia no sería el gobierno del pueblo, sino que lo sería en tanto no afecte a los “mercados”. Esos “mercados” parecen coincidir con los beneficiarios de la entrega nacional y ajuste al pueblo. Y a sus defensores no les preocupa si se afecta la libertad y el derecho a una vida digna de los más oprimidos ni si se afecta la Soberanía Nacional.

Volviendo al Enfoque Precautorio, en él la participación protagónica de los pueblos es imprescindible para una política ambiental de independencia nacional.

Esto ha sido defendido como una propuesta en la ONU. En efecto, el Principio 10 de Rio 92 establece que “El mejor modo de tratar las cuestiones ambientales es con la participación de todos los ciudadanos interesados, en el nivel que corresponda. … Los Estados deberán facilitar y fomentar la sensibilización y la participación de la población poniendo la información a disposición de todos. Deberá proporcionarse acceso efectivo a los procedimientos judiciales y administrativos, entre éstos el resarcimiento de daños y los recursos pertinentes”.

Por esto último, la lucha contra el COVID, con Enfoque Precautorio, supone la organización del pueblo en Comités de Emergencia, y la actividad protagónica y decisiva de cuerpos de delegados fabriles, sindicatos, Sociedades de Fomento en los pueblos, barrios y zonas rurales, estructuras estudiantiles y docentes, etc., organismos de base de distinto tipo y la vinculación y coordinación entre ellos.

Cuando se aplicaron estas concepciones, avanzamos. Cuando se vaciló o se las estorbó entramos en zona de riesgo.

Esta organización será clave para la vacunación. Esa vacunación debe ser una epopeya popular. La estrategia de Atención Primaria de la Salud exige esa participación.

Esta organización implica, además, fondos para resolver las necesidades que surjan. Y volvemos a lo afirmado varias veces más arriba: hay sectores que se han beneficiado con la vida indigna del pueblo. Ellos deben aportar lo fondos.

No es “Economía versus pandemia”. Es otra economía para luchar contra la pandemia y continuarla en la post pandemia.

Una economía que piense en los derechos del pueblo.

Dice el Papa Francisco en su encíclica Fratelli tutti: “En ciertas visiones economicistas cerradas y monocromáticas, no parecen tener lugar, por ejemplo, los movimientos populares que aglutinan a desocupados, trabajadores precarios e informales y a tantos otros que no entran fácilmente en los cauces ya establecidos. En realidad, estos gestan variadas formas de economía popular y de producción comunitaria. Hace falta pensar en la participación social, política y económica de tal manera «que incluya a los movimientos populares y anime las estructuras de gobierno locales, nacionales e internacionales con ese torrente de energía moral que surge de la incorporación de los excluidos en la construcción del destino común» y a su vez es bueno promover que «estos movimientos, estas experiencias de solidaridad que crecen desde abajo, desde el subsuelo del planeta, confluyan, estén más coordinadas, se vayan encontrando». Pero sin traicionar su estilo característico, porque ellos «son sembradores de cambio, promotores de un proceso en el que confluyen millones de acciones grandes y pequeñas encadenadas creativamente, como en una poesía».

Techo, tierra y trabajo con salud y alimentación para todos implica otro camino. Tal vez haya que estudiar medidas como las del Primer Plan Quinquenal de 1946. O pensar en el concepto de la tierra para el que la trabaja. El 43,55 % de las explotaciones del campo argentino (hasta 50 hectáreas) tienen sólo el 1,03 % de la tierra. Y las que tienen más de 5.000 hectáreas (que son el 2,49 % de las explotaciones) tienen el 51,00 % de la tierra. El 80 % de la superficie de tierra rural extranjerizada es del 1,35% de los propietarios extranjeros de tierras rurales (253 titulares) y 27 titulares extranjeros (el 0,14% de ellos) tienen propiedades comprendidas entre 100.000 a 1.000.000 de ha. Y representan (ellos solos) el 37% de la tierra extranjerizada. Es bueno recordar que defender a la Nación es, también, poblarla. Ocuparla con campesinos dueños de su tierra tal vez sea un camino más, e ineludible, de Defensa Nacional.

Publicó el diario La Nación el 7 de octubre de 2020: “A los multimillonarios del mundo les fue extremadamente bien durante la pandemia de coronavirus, dado que sus enormes fortunas sumadas alcanzaron un récord de 10,2 billones de dólares.”(…) “Un informe del banco suizo UBS, citado por The Guardian, descubrió que los multimillonarios aumentaron su riqueza en más de una cuarta parte (27,5%) en el punto álgido de la crisis de abril a julio, justo cuando millones de personas en todo el mundo perdían sus trabajos o luchaban por sobrevivir.”

A confesión de parte relevo de prueba.

Es posible, y necesario, un camino popular, solidario e independiente de toda dominación extrajera, como dice el Acta de nuestra Independencia, para luchar contra la pandemia y para la post pandemia.

 

(*)

·         Doctor de la Universidad de Buenos Aires. Área Farmacia y Bioquímica – UBA

·         Magíster en Epidemiología, Gestión y Políticas de Salud – Universidad Nacional de Lanús.

·         Licenciado en Ciencias Bioquímicas (orientación Bioquímica Clínica) – Universidad Nacional de La Plata.               

·         Farmacéutico y Licenciado en Ciencias Farmacéuticas – Universidad Nacional de La Plata.

·         Químico – Universidad Nacional de La Plata.

                                                                

Experticia en Sistemas de Información en Salud para integrarlos a los Sistemas Nacionales de Vigilancia en Salud.

Experticia en Bioseguridad, Biocustodia, Gestión y Transporte de materiales biológicos infecciosos clase 6.2, Bioseguridad extendida a protección ambiental, interregional y de fronteras. Análisis y Gestión del Riesgo Biológico y Químico.

Miembro del Instituto de Estudios Nacionales del Foro Patriótico y Popular y de la Revista Cuadernos para el encuentro en una nueva huella argentina.