Una orientación para encarar la producción de la Vacuna Argentina para COVID 19.
Por Horacio
Micucci / 21-04-2021
“Veo lo que me dice sobre el punto de la independencia
no es soplar y hacer botellas. Yo respondo a V., que mil veces me parece más
fácil hacerla que el que haya un solo americano que haga una sola botella”
General José de San Martín. Carta al diputado Tomás
Godoy Cruz.
24 de mayo de 1816
Muchos dicen que no se puede. Que no hay insumos.
Que no estamos capacitados, que hay patentes que respetar…
También lo dijeron antes de que organizáramos la producción
de respiradores, o reactivos, o barbijos de alta protección, ante la pandemia…
Sin embargo, pudimos.
Los enemigos de Argentina, de adentro y afuera, nos
imaginaban entregados y sin vacunas. Pero, de una u otra manera, lo vamos
consiguiendo. Los ejemplos que ellos daban de lucha contra la pandemia, ya no
lo son. Mienten y no se autocritican de sus mentiras cuando quedan al descubierto. Lo que aportó el gobierno fue necesario pero aún no es suficiente. Lo que sí fue y es esencial es la participación protagónica del pueblo.
Argentina tuvo el segundo avión a reacción de América
(el Pulqui II), produjo trenes, aviones, automóviles, utilitarios, el misil Cóndor,
barcos, desarrolló su energía atómica, etc.
Los golpistas represores de 1955 (los que no
vacilaron en bombardear la Plaza de Mayo en junio de ese año) despreciaban la industria
argentina. Despectivamente la llamaban “industria flor de ceibo” en
alusión a la flor nacional. Daban por sentado que era mala. Sin embargo, si hubiéramos
seguido desarrollando la Estanciera, hoy tendríamos una 4x4 nacional, por dar un
ejemplo. O aviones. O barcos (los astilleros los tenemos).
La dictadura de 1976 también despreciaba lo
nacional. Es recordado aún, un spot televisivo de la época de Martínez de Hoz, mostrando
como se rompían las sillas nacionales y exaltando la calidad de las extranjeras.
Un funcionario dijo, entonces, que era lo mismo producir caramelos que acero, sosteniendo
que no era importante industrializar en sectores básicos y estratégicos, como
la Siderurgia o la Petroquímica. O el
Litio, o las vacunas, hoy.
Sin embargo, los insumos sanitarios, hoy son
vitales para nuestra existencia como país. Porque lo sanitario, y las vacunas
en particular, se han demostrado como de importancia geoestratégica.
Así, por ese camino de los golpistas y los represores,
de los Menem y los De la Rua, de los Macri y los radicales que traicionaron a
Alem e Yrigoyen, Argentina se desindustrializó y aumentó su dependencia. Se
cumplió lo que había advertido la Sra. de Perón, sosteniendo que el Golpe del
76 “venía a destruir las chimeneas”. O como ha expresado el Dr. Julio C.
González: vinieron a destruir la Argentina Científica, Tecnológica e Industrial,
en un verdadero “asalto a la Argentina”, como se titula uno de sus
libros.
No producimos porque no nos dejan, no porque no
podamos…
Un ejemplo a estudiar…
Tener o no una Argentina Independiente de toda dominación extranjera, como
dice el Acta de nuestra Independencia, está muy ligado a la Independencia Política
e indisolublemente relacionado a la Independencia Económica. Y a la Defensa Nacional
de esa Argentina Independiente.
Pero lo primero a definir es si estamos decididos a encarar una Política de
Independencia Nacional. Como lo demuestra el siguiente ejemplo histórico.
Transcurrían la primera mitad de los años ´60, épocas
de la Revolución Cultural China. Mao vivía y China Popular era muy distinta de
la actual que es socialista de palabra e imperialista en los hechos. Y que hoy
es social fascista, socialista de palabra y fascista de tipo hitleriano en el
plano interno. Como se vio en la represión de la Plaza de Tiananmen, en 1989.
En la China Popular, encabezada por Mao, se impulsaba
un desarrollo independiente. En el campo y en la ciudad.
Los ejemplos fueron la Brigada Tachai en el campo
y la brigada Taching en la industria, en este caso, en la producción petrolera.
Se buscaba producir petróleo y se organizó una
Brigada para hacerlo: La Brigada Taching, parte de la organización en Comunas,
Brigadas y Equipos, de esa época, en ese país
Los partidarios de que China dependiera de la URSS
(que ya había dejado de ser socialista), pusieron todo tipo de obstáculos y
objeciones. En China no había experiencia en producción de petróleo y los
países imperialistas siempre habían dicho que no había petróleo allí.
Sin embargo, el líder de Taching, Wang Chin-Si (el
hombre de hierro) sostenía:
“nuestro país
tiene un vasto territorio. No creo que el petróleo se halle sólo en el subsuelo
de países extranjeros”.
Lo que Wang Chin-si decía nos sirve a nosotros hoy,
para producir la vacuna argentina: “Debemos comenzar el trabajo si tenemos las condiciones, y lo
haremos asimismo creándolas si no las poseemos."
Lo cierto es que Taching logró extraer petróleo. Y
aún hoy persiste, en la China Imperialista.
En la China imperialista actual hay una política
energética que ellos llaman “las seguridades de abastecimiento petrolero”:
1) el petróleo que proviene de Irán,
2) el que proviene de Kasajistan,
3) el que accede por vía marítima. En
términos geopolíticos, el trazado de la nueva Ruta de la Seda, tanto terrestre
como marítima, se explica en parte para poder paliar un posible shock interno
causado por la alta dependencia externa del petróleo y el gas. Un alto
porcentaje del petróleo que importa China pasa a través del Estrecho de Malaca,
un corredor de 800 kilómetros que une los océanos Pacífico e Índico entre
Indonesia y Malasia. Si cabe hablar de una “yugular de las economías de
China e India”, esa es precisamente el Estrecho de Malaca, de la misma
manera que es el Estrecho de Ormuz o el Atlántico Sur, para las potencias
occidentales.
4) el interno. En
este último, todavía es importante Taching, en el norte de China.
A partir de 1949,
siguiendo la línea "independencia, autodecisión y
autoabastecimiento", el Gobierno de la China de MAO
estableció gradualmente organismos encargados de la investigación y exploración
petrolera, además de centros docentes superiores para ese fin. En todos los
campos petrolíferos se instalaron institutos, departamentos y laboratorios
científicos destinados a servir de apoyo al proceso productivo, conformando así
un verdadero "triángulo científico-tecnológico" (gobierno,
infraestructura científico-tecnológica, aparato productivo) como el que postuló,
sin éxito, el tecnólogo desarrollista argentino, profesor Jorge Sábato, en su
trabajo Ciencia, tecnología, desarrollo y dependencia.
Taching hizo realidad
ese triángulo, porque no se trataba de tener un desarrollo industrial en condiciones
de dependencia como, de fondo, implicaba el concepto de Sábato.
Se trataba triunfar
poniendo, primero, una política de independencia al mando, para sobrellevar los
obstáculos. “La política al mando”, dirían los maoístas. Y sostenían,
además, que nada se podría realizar sin el protagonismo del pueblo. Eso
vale para nosotros hoy, en plena lucha contra la pandemia. La vacuna argentina
es parte de esa lucha.
La vacuna contra el COVID
nos está enseñando cuánto cuesta, en vidas, la dependencia.
La dependencia mata…
Las patentes y los convenios
La dura situación de la pandemia nos
ha obligado a aceptar duras condiciones para proveernos de vacunas. En la
emergencia debimos actuar como quien, amenazado con una pistola en el vientre,
entrega su dinero para salvar la vida.
Pero debemos prepararnos para que no
se repita una situación similar. Porque seguramente deberemos seguir vacunando
y aplicar refuerzos en futuros años.
Es curioso lo que pasa hoy:
a) ASTRAZENECA-OXFORD-SIGMAN
producen, en Argentina, el líquido de las vacunas para ser envasado. Éste se
envía a México para ello. Muchos partidarios de EEUU ocultan que este país dejó
de enviar a México un insumo necesario para el envasado (¿para boicotearlo?). Entonces
se envió el líquido a la planta de ASTRAZENECA de EE.UU. y de allí, EEUU no lo
deja salir usando una vieja ley suya. O sea, está el líquido, pero no lo
podemos envasar, ni rescatar, ni aplicar.
b) La
SPUTNIK VIDA, se envasará acá.
O sea, tenemos toda la capacidad de línea
de producción completa o podemos ampliar la que tengamos. Podemos producir y
envasar. ¿Se nos dirá que la planta de producción es de Sigman? Que el Estado
la subordine a su conducción, en esta situación de guerra sanitaria. Ni siquiera hace falta expropiarla. Si las
reglas de juego impiden que hagamos posible lo necesario, rompamos las reglas
de juego. Se juegan muchas vidas en ello.
Se impone una decisión política:
a) Dar
todo el apoyo de fondos y estructura para completar el desarrollo de los
proyectos de vacuna nacional y fabricarlos completos por el Estado o con
empresas del empresariado nacional subordinadas y bajo conducción del Estado.
Relevar ya toda nuestra capacidad de producción y envasado y ampliarla,
invirtiendo en ello, ya mismo. Fomentar y sostener, bajo la conducción y
coordinación del Estado y dando prioridad a ello, a los proyectos argentinos de
vacuna propia, en curso. Establecer fondos del presupuesto destinados a tal
fin.
b) Impulsar
el proyecto en curso en varios países de que se liberen las patentes de las
vacunas por ser un bien de la humanidad. En determinadas circunstancias debemos
tener la decisión de desconocer las patentes. Ya que más arriba se citó al
tecnólogo desarrollista Jorge Sábato, es bueno recordar que alguna vez escribió:
“… la tecnología se
compone de conocimientos nuevos y viejos, originados en la investigación, en la
copia y hasta en el robo; propios o ajenos”.
c) Hugo
Sigman no ha cumplido su convenio. No debe salir un envío más de lo producido
por su empresa en Argentina. Envasaremos acá lo que podamos y acordaremos con
países hermanos el envasado del resto. De paso, esto debe servirnos de lección.
Una cosa es un empresario nacional que tiene interés en el desarrollo argentino
y otra es un empresario que vive de nuestra dependencia y tiene lo fundamental
de sus empresas en el extranjero. Y al que le da lo mismo lo que suceda en
Argentina.
d) Lo
anterior exige fondos que provendrán de los que se benefician y beneficiaron de
la entrega y la indefensión nacional y de la miseria del pueblo
A modo de epílogo
Producir la VACUNA ARGENTINA es
cuestión de emergencia sanitaria, de desarrollo industrial, de seguridad y
soberanía para la Defensa Nacional.
Debemos impedir en este y otros temas,
ser chantajeados por las potencias que reclaman retazos de nuestro país.
La situación es grave y reclama
decisiones inmediatas. Bancos y timberos de las finanzas, latifundistas en su
mayoría extranjeros, empresarios que figuran entre los más ricos del mundo
según la revista FORBES, tienen el dinero que hace falta. Hay una deuda
fraudulenta, ilegítima, usuraria y odiosa que no debemos pagar. Debe ser
investigada. Se nos escurre entre los dedos la riqueza minera, petrolera, del
litio, etc. Se nos filtra por la Hidrovía la producción cerealera. Esos fondos deben
ser para paliar el sufrimiento y el sacrifico del pueblo. Y para tener nuestra
vacuna. Debemos volver a fabricar por el Estado lo fundamental de nuestras vacunas.
Los conservadores de la dependencia
argentina prometen volver, en un “segundo tiempo” de su gobierno de entrega y
ajuste. Amenazan con la fractura nacional, como el presidente de la UCR
macrista Alfredo Cornejo, que propuso la escisión de Mendoza, primero, y de Córdoba
y Mendoza, después. Promueven la desobediencia ante las medidas contra la
segunda ola de la pandemia. Bordean el delito de sedición en CABA y en algunos municipios. Intentan
desestabilizar de todas las maneras posibles en busca de una crisis que abra
camino a un golpe institucional (o abierto si les da la fuerza).
Se equivocan estos defensores de la
dependencia. Los pueblos están en ascenso en sus exigencias y no lo permitirán.
No volverá a ocurrir. No pasarán.
El 27 de julio de 1819, el general
José de San Martín escribió en la orden general al Ejército de los Andes:
"La
guerra se la tenemos que hacer del modo que podamos: si no tenemos dinero,
carne y un pedazo de tabaco no nos tiene que faltar. Cuando se acaben los
vestuarios, nos vestiremos con la bayetilla que nos trabajen nuestras mujeres,
y si no, andaremos en pelota, como nuestros paisanos los indios. Seamos libres,
y lo demás no importa nada"
21 de abril de 2021