domingo, 11 de noviembre de 2012

10 puntos sobre el 8N


10 PUNTOS SOBRE EL 8N
Horacio Micucci

1.- Todas las fuerzas políticas y sociales se expresan favor o en contra  del cacerolazo del jueves 8, convocado por las redes sociales de Internet. De qué conclusiones se saquen de esta movilización (así como de anteriores como la del 13 de setiembre) y de los reclamos obreros (como los paros anteriores y el próximo de fines de noviembre) dependen en gran medida los caminos que se elijan para que Argentina  encare o no la ruta de su Independencia Nacional.
2.- El cacerolazo del 8N fue una multitudinaria y heterogénea movilización de protesta y reclamos al gobierno. Fue mayoritaria la presencia de jubilados reclamando el 82% móvil ya, de jóvenes y de mujeres. El reclamo unánime fue más visible contra la inseguridad, la inflación, la corrupción y la re-re elección. También el reclamo de una justicia independiente.
3.- Los reclamos fueron contra el gobierno pero la oposición tradicional no capitaliza el descontento a pesar de que lo intentó. Reclamos como los cacerolazos muestran, también, disconformidad con las opciones tradicionales y necesidad de otras salidas, con autoconvocatoria, parte de un fenómeno que se ve en otros lugares del mundo y que ya se manifestó en Argentina en ocasión del Argentinazo con expresiones de democracia directa. La oposición tradicional, que busca variantes al sistema de dependencia, sumisión e indefensión nacional (para mantenerlo) no logra encontrar una forma de encorsetar y canalizar en su beneficio el descontento. Macri lo intentó, no respetando el formato de la autoconvocatoria que expresaron los organizadores principales del 8N. No lo logró y, a la vez, (¿cómo otras veces, demasiado frecuentes?) fue funcional al gobierno que buscó minimizar y atribuir la protesta a sectores tradicionales. A la vez, el gobierno, introdujo elementos provocadores de sus servicios de inteligencia con el objetivo de desprestigiar la protesta. Fue correcto respetar el formato de autoconvocatoria elegido.
4.- Distintos sectores populares vuelven a los métodos y caminos que aprendieron en el 2001 y antes. Argentina es un país de puebladas. En el último tiempo hubo luchas de los trabajadores de distintas áreas. También las capas medias están afectadas. Ellas también son parte del pueblo.
5.- Ante lo anterior, la preocupación por la gobernabilidad de Argentina, para que permanezca de rodillas, se expresa en las bocas más conspicuas de la oposición tradicional. Dice Mariano Grondona:
“Es como si ya contáramos con los ingredientes básicos para construir el sistema de alternancias que es la democracia. Pero los tenemos y no los tenemos porque a los que ya tenemos y no teníamos hasta hace pocos días, el "muro" al re-reeleccionismo en el Congreso y la inmensa manifestación del 8-N, deben sumarse todavía otros dos ingredientes que aún no tenemos: la organización de la oposición en una efectiva fuerza política capaz de ganar elecciones o por lo menos de competir en ellas y, finalmente, la resignación "no presidencial" de la propia Cristina.” La Nación, 11 de noviembre de 2012.
Otro artículo, del diario La Nación, del mismo día, dice:
“Si la actual crisis se profundiza, podría debilitarse aún más el liderazgo presidencial. Si ése fuera el caso, habría un franco peligro de inestabilidad: en el período 2003-2011, el fortalecimiento de la autoridad presidencial ha disimulado (y a la vez profundizó) el disfuncionamiento estructural del marco institucional de la Argentina. Un eventual vacío del poder presidencial, generado por la acumulación de errores no forzados, en combinación con una visión épica y transformacional en el devenir político nacional que la familia Kirchner se asignó a sí misma, podría disparar una nueva y lamentable crisis de gobernabilidad.(…) La primera pregunta remite a la crisis de representatividad que afecta a la política argentina desde hace tiempo, pero que se profundizó con la crisis de 2001. (…) No hay quién ordene y priorice las múltiples demandas insatisfechas que el Gobierno prefiere ignorar. Esto alimenta un problema de legitimidad de ejercicio: el 54% de los votos le otorgan a la Presidenta una legitimidad de origen incontrastable, pero a diario debe rendir examen ante una sociedad que exige respuestas concretas a los problemas que se acumulan.” El peligro latente de comprometer la gobernabilidad. Sergio Berensztein. La Nación. 11 de noviembre de 2012.

Es grande la preocupación (tanto en el gobierno como en la oposición tradicional) de que el descontento exceda los márgenes de gobernabilidad y la búsqueda de un corsé para perpetuar el proyecto de sumisión nacional que éste y otros gobiernos gerentes de la dependencia han expresado hasta ahora.
El diputado oficialista Kunkel lo expresó crudamente al acusar de sedición a los participantes del 8N, aduciendo que “No lo digo yo. Lo dice la Constitución. El pueblo no delibera ni gobierna sino por medio de sus representantes”. Clarín. 11 de noviembre de 2012. 
6.- En el fondo, las grandes preguntas que enmarcan a esta protesta y los reclamos sindicales son: a) ¿quién va a pagar los platos rotos de la crisis mundial y nacional? b) ¿con qué formas orgánicas se hará esto? c) ¿lograrán restituir un sistema bipartidario de gerentes de la dependencia con un ala expresada por el kirchnerismo (o similares) y otra expresada por el macrismo (o variantes análogas) o la protesta romperá el corsé de la dependencia y la sumisión nacional?.
7.- La inflación castiga los bolsillos populares. Las consecuencias de una política de entrega y sumisión nacional irritan, la crisis golpea también a Argentina, aunque el gobierno la niegue. Argentina es frágil en esta crisis económica porque los distintos gobiernos gerentes de la dependencia (incluido éste) han profundizado la sumisión e indefensión nacional.
Digan lo que digan los “relatos” de los gobiernos, Argentina es un país dependiente, desgarrado por la rapiña de distintas potencias imperialistas y con una parte de su territorio colonizado por los ingleses.
8.- Los sectores populares buscan ir por más, y no aceptan seguir pagando el ajuste, la inflación y la crisis consecuencias de la sumisión nacional a que nos han llevado. Las aguas bajan turbias, porque la correntada arrastra de todo. Pero los patriotas y luchadores populares no le deben tener miedo a las movilizaciones ni a la correntada. Hay que atreverse a nadar en la corriente. La multitudinaria manifestación nacional del 8N, refuerza la necesidad y las posibilidades exitosas del Paro Nacional que preparan, para fines de noviembre, organizaciones gremiales de distinto signo, obreras, campesinas, estudiantiles, docentes y de otros sectores populares
9.- Se presentan óptimas condiciones para una unidad que exprese lo patriótico y nacional unido a lo democrático y popular. Es preciso, para ello, que las protestas como las del 13 de setiembre y el 8 de noviembre marchen unidas a luchas sindicales como el paro programado para fines de noviembre. Los piquetes unidos a las cacerolas.
10.- Todo lo anterior puede abonar el surgimiento de una nueva huella argentina, con un programa unificador de Independencia Nacional, cumplimiento de los derechos del Pueblo con verdadera Soberanía Popular y Democracia Grande y recuperación del Patrimonio Nacional, que posibilite un Primer Gobierno Patrio que inicie el camino de la Segunda y definitiva Independencia.
Horacio Micucci
11-11-2012

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