El que sigue es el mensaje enviado por el Almirante Carlos Büsser y
leído en el Acto desarrollado el 24 de setiembre de 2012 en el CENOTAFIO A LOS HÉROES
CAÍDOS EN MALVINAS, en Conmemoración de la Batalla de Tucumán.
Constituye su último mensaje conocido.
LA BATALLA DE TUCUMÁN
24 DE
SEPTIEMBRE DE 1812
La batalla de Tucumán librada el 24 de septiembre de 1812 constituye un
punto de inflexión en el proceso revolucionario comenzado el 25 de mayo de
1810. Los intentos iniciales del gobierno de Buenos Aires de lograr las
adhesiones de los territorios situados en la Banda Oriental , en el Paraguay
y en el Alto Perú, habían tenido poco éxito por diferentes razones. En
particular en el Alto Perú, la poderosa influencia del Virreynato de Lima, y
tal vez algunos errores de los funcionarios enviados desde Buenos Aires habían
debilitado el entusiasmo patriótico de la población. Se registraron también una
serie de enfrentamientos militares con suerte diversa: Derrota en Cotagaita,
victoria en Suipacha y en 1811 importante derrota en Huaqui, que restableció el
control español del Alto Perú.
En esas circunstancias el General Manuel Belgrano asumió el mando del
Ejército del Norte y se dirigió a Jujuy, mientras las fuerzas realistas al
mando del General Tristán avanzaban desde el Norte con el mismo objetivo. Las
órdenes enviadas desde Buenos Aires indicaban a Belgrano replegarse hasta
Córdoba, demorando todo lo posible el avance español. Como demostración de la
personalidad de Belgrano, cabe recordar lo que dice el General José María Paz
en sus Memorias: “Hay más aun que decir
en honor del General Belgrano. Hasta que él tomó el mando del ejército, se
puede asegurar que la revolución, propiamente dicha, no estaba hecha en esas
mismas provincias que eran el teatro de la guerra... Cuando en principios de
este mismo año (1812) emprendió el General Pueyrredón su retirada con el ejército, (…) nadie se movió de su casa y
esos salteños y jujeños, tan obstinados y patriotas, como valientes después, se
quedaban muy pacíficamente para esperar al enemigo y someterse a su autoridad
sin excluir muchos empleados y militares que no estaban en servicio activo.
Cuando en agosto emprendió el General Belgrano la suya, la hizo preceder de un
bando fulminante, mandando el completo abandono de los pueblos y lugares que
debía ocupar el enemigo (…)
Aunque estas providencias no tuvieron
todo su efecto, no trepido ni un instante en asegurar que fueron de una gran
utilidad política: ellas despertaron los ánimos ya resignados a sufrir el yugo
español; ellas nos revelaron, haciéndolo mayor, la gravedad del compromiso que
habíamos contraído cuando tomamos las armas contra el gobierno establecido por
la metrópoli; ellas, en fin, nos hicieron conocer que era una cuestión de vida
o de muerte para nuestra Patria la que se agitaba, y que era preciso resolverse
a perecer o triunfar; fuera de que estas medidas enérgicas, que recaían
indistintamente sobre las personas más elevadas de la sociedad, hirieron la
imaginación de las masas de la población, y las predispusieron a desplegar esa
fuerza gigantesca que ellas mismas ignoraban y que después han hecho de las
provincias bajas un baluarte incontratable.” En estas palabras se encuentra una gran síntesis de lo que fue el éxodo
jujeño y de la influencia que ejerció la personalidad, el patriotismo y la
firmeza de carácter de este gran general que era Belgrano.
Ya próximo a Tucumán, no solo el clamor de la población de esa ciudad,
sino las propias reflexiones del General Belgrano lo decidieron a presentar lucha
a los españoles que lo perseguían de cerca, contrariando las órdenes reiteradas
y amenazantes del gobierno de Buenos Aires. Y aquí aparecen circunstancias que
dan excepcionalidad a todos estos hechos. El General Belgrano adelantó a
Tucumán a Juan Ramón Balcarce para requisar las armas que hubiera en la ciudad
y evitar que cayeran en manos realistas. Pero la población tucumana, liderada
por Bernabé Aráoz, Pedro Miguel Aráoz y Rudecindo Alvarado planteó el deseo de
defender la ciudad con las armas y los hombres tucumanos. El General Belgrano
no necesitaba nada más para tomar su decisión de presentar batalla. Mientras
tanto Balcarce, en los primeros días de septiembre de 1812 comenzaba a
organizar una fuerza de caballería con los gauchos tucumanos que se presentaban
voluntarios. Para armarlos se les improvisaron lanzas con grandes cuchillos
atados a cañas tacuaras. Hubo que enseñar en pocos días los rudimentos de
evoluciones y disciplina militar a una masa llena de patriotismo y de
inexperiencia. Cuando llegó el día de la batalla, estos gauchos, golpeando sus
característicos guardamontes, cargaron sobre las tropas españolas y fueron un elemento
decisivo para el logro de la victoria. Era la primera vez que los gauchos se
integraban como tales en un ejército regular. Por esa razón Vicente Fidel López
llamó a la batalla de Tucumán como la batalla más criolla que se haya
desarrollado en el territorio argentino.
Y como siempre en la historia de nuestras guerras, la presencia de Dios
estuvo en los corazones y en los actos de los combatientes argentinos. El 24 de
septiembre se conmemoraba en Tucumán el día de Nuestra Señora de las Mercedes,
pero con motivo de la batalla librada ese día, se postergaron las ceremonias
correspondientes. Al realizarse días después, mientras se desplazaba la imagen
de Nuestra Señora hacia el campo donde se había librado la batalla, regresaba
una columna del ejército de Belgrano que había perseguido a los realistas en su
retirada. El General ordenó que se plegaran a la procesión y en un momento
dado, hizo detener la marcha de esta, se adelantó y colocó su bastón de mando
en las manos de la imagen. Poco después, el mismo Belgrano nombró a la virgen
Generala del Ejército. Con el mismo sentimiento religioso que comenzó en las
luchas de las invasiones inglesas, que se prolongó en las escuadras de Brown,
en el ejército de San Martín y que llegó hasta la guerra por las Malvinas.
Siempre hemos luchado con las armas que teníamos a mano y con el corazón puesto
en Dios.
Respecto a la batalla de Tucumán, dijo Mitre: “Lo que hace más gloriosa esta batalla fue (…) la inmensa influencia
que tuvo en los destinos de la revolución americana. En Tucumán salvose no solo
la revolución argentina, sino que puede decirse contribuyó de una manera muy
directa y eficaz al triunfo de la independencia americana. Si Belgrano,
obedeciendo las órdenes del gobierno se retira, las provincias del Norte se
pierden para siempre, como se perdió el Alto Perú para la República Argentina.
Posesionado el enemigo de Jujuy, Salta y Tucumán, podría haber levantado un
ejército mayor que el que podía oponérsele. Derrotado el ejército patriota, el
camino para Santa Fe quedaba libre. El enemigo con su caballería remontada,
reforzado por Goyeneche que podía disponer de 2000 hombres, extendiendo sus
conquistas hasta Córdoba, en momentos en que la opinión pública de las
provincias estaba completamente desmoralizada (…) Buenos Aires quedaba solo en
la palestra revolucionaria.”
Los argentinos de hoy no deberíamos sólo rememorar esta batalla y estas
luchas libradas hace doscientos años. Deberíamos hacer un verdadero examen de
conciencia para reconocer nuestras debilidades y miserias del presente.
Seguramente Dios nos tiene reservado, en algún lugar que todavía no hemos
descubierto, un General Belgrano que esté esperando mostrarnos el camino del
esfuerzo, del sacrificio, del éxito y de la gloria. Como el camino desde el
éxodo jujeño hasta Tucumán.
Carlos A. C. Büsser
Contraalmirante IM (R)
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Chevron, Milani y Jaime:
El doble discurso K al desnudo.
Por El Mangrullo
Argentino
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Actualización política del 23 de julio de 2013
Chevron, Milani y Jaime:
El doble discurso K al desnudo.
Por El Mangrullo
Argentino
1. Sin pilares
Ya no existen los
que el ex Presidente Néstor Kirchner llamó “los pilares del modelo K”:
superávit fiscal, superávit de la balanza financiera externa, y un dólar competitivo
para el mercado mundial.
La inflación es
una de las más altas del mundo y devora los aumentos salariales en cuotas y con
“techo”, al igual que las jubilaciones y planes sociales.
Los magros
aumentos y el aguinaldo provocan el robo fiscal con el absurdo impuesto a las
ganancias y la quita de salarios familiares a más y más trabajadores.
No hay harina, y
el pan a $ 10 no existe. La crisis energética, en los primeros 5 meses de este
año, provocó la importación de gasoil y gas por 3.270 millones de dólares, y
crecerá el consumo en estos meses de invierno.
Caen las reservas.
El gobierno saquea los fondos de las obras sociales, el ANSES, el PAMI, el
Banco Nación y el Banco Central.
2. No es el 2001,
ni el 2008
No estamos en el
2001 con el pueblo en la calle gritando: “¡Qué se vayan todos!”.
No estamos en el
2008 con más de 1.000 cortes de las rutas en toda la Argentina agraria.
El gobierno K supo
aprovechar los años de bonanza de su década para cerrar la disputa por el
predominio, entre distintos sectores de los intereses económicos gerentes de la
dependencia argentina que volteó cinco gobiernos en pocos días.
Mientras la
economía se recuperaba de la crisis que desembocó en el estallido del 2001, el
“relato” del gobierno K sonaba de una manera.
Ahora, las cosas
han cambiado.
Los “campeones” de
los derechos humanos encumbran al frente de las Fuerzas Armadas a un general,
Milani, acusado de represor y corrupto.
Los que dijeron:
“YPF ni privada ni extranjera, ni de Chevron”, ahora le entregan las reservas
estratégicas de YPF a Chevron.
Los que hablaban
de “democratizar la justicia”, aprietan los jueces para que digan que “no hay
riesgo de fuga” de Jaime, en el momento en que ¡estaba
prófugo!.
Jaime amenazó con
“hablar” de los trapos sucios del gobierno, que trata de impedir que le pase lo
mismo que a Rajoy, en España. En ese país, el tesorero del partido oficial,
como “le soltaron la mano”, decidió hablar y puede provocar la caída del
gobierno.
3. Tampoco es el
2011
Todos los sectores
dominantes en la economía argentina acuerdan en hacer un ajustazo después de
las elecciones. Empujan cambios,
tratan de contener las protestas, y negocian, para llegar con “paz social” a
las elecciones del 2015, y poder decidir entre ellos el próximo gobierno y el futuro de la
Argentina.
El gobierno fue
sumando muchos enemigos entre quienes le disputan la tajada.
Se atrinchera, sin
hacerle asco a juntarse con gente como Milani y Berni, y políticos como Insfrán
y Menem.
Abre juego con los
EE.UU.; con los petroleros de la Chevron. También con un sector de las finanzas
estadounidenses (¿e inglesas?) que quiere garantizarse el cobro de los bonos de
deuda argentinos: John Watson, jefe máximo de Chevron, firmante del acuerdo con
Argentina, integra el grupo político que maneja el banco estadounidense JP
Morgan, junto con Kissinguer y el ex primer ministro inglés, Tony Blair.
El conjunto de los
sectores sociales y económicos que predominan en Argentina tiene en cuenta que
la situación de la Argentina cambió.
Cierto es que no
es el 2001 y no es el 2008, pero tampoco es el 2011 con un gobierno con el 54%
de los votos (aunque haya sido el 41% del padrón).
El Gobierno se
enfrenta con el malhumor social que crece en los sectores sociales populares.
Hay mucho temor,
entre quienes mandan y lucran con la sumisión nacional, al “contagio” de lo que
está pasando en Brasil, que sigue con vastos sectores del pueblo en la calle. O
en Chile. Lo que antes se veía en Europa y el Norte de África, emerge en
América Latina.
4. ¿La
“inteligencia” al mando?
Ya es obsoleta la
pregunta: ¿qué va a hacer el gobierno K si pierde las elecciones?.
La realidad ya ha
dado su respuesta. La designación de Milani al frente (directa o
indirectamente) de las tres Fuerzas Armadas apunta a unificar una amplia red de espías
internos. El
proyecto de “escuadrones móviles”, en donde se mezclarían militares con militantes
de La Cámpora (¿y de un rejunte de barras bravas...?), no tiene otro
objetivo que sumarlos a la represión (ante las dificultades con la base de
Gendarmería y Prefectura a partir del acampe por salarios).
Es decir: el
Gobierno va por más, sea cual fuere el resultado eleccionario.
Hay quien sostiene
que el meteórico ascenso de Milani fue empujado por la ex - ministra Garré,
entonces en Defensa.
Dicen los bien
informados que el ex alto dirigente de Montoneros Mario Montoto, que es, hoy,
representante de la empresa rusa Rosoboronexport, era parte de ese grupo.
El grupo de
inteligencia “interna” para vigilar hacia “el interior del país”, que ha
hecho eclosión con los nuevos ascensos de las Fuerzas Armadas, se armó, en ese
entonces, en el Ministerio de Defensa. Y Milani era el niño mimado de la
Ministra, que le fue abriendo paso, usando los servicios del mencionado grupo
de inteligencia interior.
Ese grupo, según
los entendidos, era conocido como KGB, en referencia al servicio
secreto ruso que, con Breznev, se desplegó mundialmente con actividades de
provocación similares a las de la CIA norteamericana.
En momentos de
escribir este artículo, se conoció que Milani está denunciado en el Nunca
Más de Tucumán, como
ya había aparecido en el de La Rioja. El CELS, que había declarado que no tenía
nada en su archivo sobre Milani, cambió su declaración pidiendo el rechazo del
ascenso de Milani. A las 20 hs. del lunes, Página 12 afirmaba que el gobierno
levantaba la presentación de los ascensos de las tres Fuerzas Armadas hasta
después de las elecciones, y, de hecho, mantiene la designación de Milani como
Jefe del Estado Mayor del Ejército.
Estela de
Carlotto, que apoyó la designación de Milani junto con el CELS, dijo el
domingo, en declaraciones a Radio Mitre, que confiaba en el criterio de la Sra.
Presidente. Y se cubrió, ante la posibilidad de imprevistas alternativas,
diciendo que, si había elementos que comprometieran a Milani, éste debía salir.
La voltereta de Verbistky y el CELS, para salvar su ropa ante la evidencia del
pasado de Milani (y de su presente económico inexplicable), dejó “off side” a la Sra. de Carlotto porque la
Presidente, aunque retira el pliego de ascensos, mantiene, hasta ahora, al
General Milani en el cargo.
5. El enemigo
interno. Nueva variante de la Doctrina de la Seguridad Interior.
Entre los
“enemigos internos” que han definido, como blanco, el gobierno K y sus ejecutores
de inteligencia, están los sectores patrióticos, nacionales y verdaderamente
populares que puedan abrir un camino distinto para salir de este estado de
sumisión e indefensión nacional.
Para ello, en una
muestra de creatividad, programan una variante de la vieja Doctrina de la
Seguridad Interior.
En sus orígenes,
esta doctrina se consolidó como
categoría política durante la Guerra Fría, en momentos de la disputa entre el
imperio norteamericano (democrático de palabra y opresor en los hechos) con la
URSS imperialista (socialista de palabra y opresora en los hechos),
especialmente en las zonas de influencia de Estados Unidos. Después de la
Segunda Guerra Mundial, este país rescató el uso político que la palabra
seguridad ha tenido desde la antigüedad para elaborar el concepto de
"Estado de seguridad nacional". Este concepto se utilizó para
designar la defensa militar y la seguridad interna frente a las amenazas de
descontento social que sus políticas generaban. El desarrollo de la visión
contemporánea de seguridad nacional ha estado determinado por este origen y fue
influenciado por la estrategia estadounidense de contención.
A principios de
los `60 la seguridad nacional tuvo una variante en América del Sur: la Doctrina
de Seguridad Nacional. Esta variante mantuvo la idea de que, a partir de la
seguridad del Estado, se garantizaba la de la sociedad. Pero una de sus
principales innovaciones fue considerar que para lograr este objetivo era menester
el control militar del Estado. El otro cambio importante fue la sustitución del
enemigo externo por el enemigo interno.
El gobierno,
parece ser, ha decidido hacer una readaptación de esa doctrina, sin abandonar
el doble discurso.
Y, así como la
re-estatización de YPF desemboca, en la realidad, en concesiones dignas del más
puro privatismo petrolero, la renacida Doctrina de la Seguridad Interior se
disfraza de ayuda social y defensa de un proyecto nacional. Por supuesto, es
muy difícil explicar de qué manera miles de espías internos que controlan la
conducción de la FFAA harán ayuda social o contribuirán al desarrollo de una
industria para la Defensa Nacional, particularmente en el caso de un país como
el nuestro, con una parte de su territorio ocupado por colonialismo inglés
mientras monopolios de distintas potencias (incluida Inglaterra) rapiñan la
Patria oprimida continental.
Por lo tanto, como
siempre, Doctrina de Seguridad Interior (se la disfrace como se la disfrace)
será represión de protestas sociales, persecución de opositores, pero
indefensión ante los agresores externos que nos succionan la sangre con sus
amigos internos.
Extraña paradoja:
se asesinan originarios QOM, se procesa a luchadores sociales mientra la
justicia libera a Jaime prófugo diciendo que no se profugó. El enriquecimiento
ilícito permanece impune, el juego y la renta financiera no pagan impuestos
mientras se impone impuesto al trabajo o se presiona impositivamente al
monotributista, al productor agrario o a las PYMEs.
Se transforma a
Argentina en una republiqueta sojera, minera, petrolera, pesquera mientras se
dice que es desarrollo industrial la promoción de armaderos en base a
importaciones chinas. Se destruye la industria nacional por las importaciones,
principalmente chinas, y se habla de desarrollo industrial. La Sra. Presidente
dice que va a promover la Industria para la Defensa y se pone a un hombre de
Servicios de Inteligencia en la cúpula de las FF.AA.
6. Marco
eleccionario con creciente descontento social
Estas elecciones
no van a resolver los grandes problemas del pueblo y la patria.
Si embargo la
confluencia de la protesta social con la búsqueda de unidades patrióticas y
populares en las elecciones y fuera de ellas pueden permitir hacer crecer un
camino de independencia nacional y concretización de los reclamos populares.
La gran disyuntiva
es si los que rapiñan el país conseguirán el propósito de hacer pagar la crisis
al pueblo (represión, persecución y espionaje mediante) o si el pueblo logrará
que los que se enriquecieron durante estos años sean los que la paguen.
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