La diferencia entre un filósofo profundo y
un filósofo en la profundidad … de un pozo.
O las razones del tropezón en
yanquilandia.
Horacio
Micucci
Existe un filósofo
cuyo nombre es Juan Pablo Feinmann, asiduo escritor de Página 12, y exponente
filosófico del kirchnerismo. Algunos lo han considerado un filósofo enjundioso y
aconsejan su lectura. Otros no creemos que sea así.
El texto que sigue,
más abajo, relata un monólogo de dicho filósofo en su programa de Radio del
Plata. Si lo que sigue y se transcribe no hubiera sido dicho sería necesario,
tal vez, desarrollar argumentos cuestionando sus afirmaciones u
opiniones.
Pero, dicho lo que ha
dicho Feinmann, basta con leerlo y escucharlo para tomar nota de su estatura
intelectual y la profundidad de sus argumentos.
Sin embargo, hay
detalles en el que se nota su pura cepa de “intelectual `progresista´ que
cree que la realidad no existe más allá del relato que se difunda sobre
ella”.
Algunos pensamos que
lo que nos rodea tiene existencia objetiva. Es decir, existe al margen de mis
opiniones o percepciones y “aunque yo no esté”. Y esa realidad material debe ser
estudiada para conocer sus causas y efectos y sus leyes. No por el mero deseo de
conocer sino para transformarla en determinado sentido. Lo anterior posibilita
el conocimiento científico de la realidad.
Poniéndonos
“biblicos” diriamos: al principio fue la práctica (fase sensorial del
conocimiento). Muchas acciones prácticas generaron ideas, pensamientos, planes,
hipótesis, (fase racional del conocimiento) que se comprobarán como ciertas si
se verifican nuevamente en la práctica. He allí el criterio de verdad. Si no se
verifican en la práctica, no son ciertas. O, dicho en criollo, “en la cancha se
ven los pingos”. O, en sentido bíblico, “por sus frutos los
conoceréis”.
El gobierno (y sus
principales referentes) creen que no es así. Que se debe imponer un “relato”.
Que la realidad “se construye”.
Si se dice que no hay
inflación, no la habrá… aunque se note en las compras de todos los días. Si se
dice que no hay pobres e indigentes, no los habrá… aunque uno los vea o aunque
el 70% de los jubilados cobren jubilaciones por debajo del índice de pobreza (y
sino, puestos en el brete, se falsean las estadísticas y se dice que se puede
comer con 6 pesos y listo).
Si se dice que los
caceroleros son señoras del barrio norte que llevan a sus mucamas para que
caceroleen por ellas, así será.
Así será aunque el
que escribe, por ejemplo, haya visto y vea a los caceroleros de todos los
viernes en la ciudad de Lanús, que no parecen del “Barrio Norte”. Que son el
carnicero, el verdulero, el pequeño comerciante y muchos asalariados que,
preguntados sobre que son, dirán “clase media”. Y que son… parte del pueblo,
junto con los obreros de la ciudad, los peones rurales, los productores rurales
en sus distintos estamentos, el propietario de una PYME, etc.
La Señora Presidente
fue a EEUU con su relato.
Cuando le preguntaron
por su patrimonio podría haber dicho que el General Belgrano era rico y sin
embargo fue un patriota. Claro que, si hubiera habido repregunta, alguien le
hubiera podido recordar que Belgrano era rico al comienzo de la Revolución y
murió en la más absoluta pobreza y olvido. No como la Presidente que multiplicó
su patrimonio unas 9 veces mientras ejercía distintos cargos
públicos.
Preguntada sobre el
cepo cambiario podría haber dicho que a ella le preocupaban (como dijo después
aquí) aquellos que compran dos millones de dólares al mes sin justificarlos.
Claro que, si hubiera habido repregunta, le podrían haber recordado que su
esposo compró esos dos millones de dólares en un día, hace algún tiempo. Y el
relato hubiera hecho agua.
Y cuando dijo, en
tono de “Barrio Norte” “estamos en Harvard”, podría haber dicho que a ella le
preocupaban el esfuerzo de los que investigan en la Argentina con escasos medios
y fondos y no los que pagan 40.000 dólares por un posgrado en esa Universidad
estadounidense. Pero si hubiera habido repregunta le hubieran recordado que su
hija pagó una cifra similar por su carrera de directora de cine en EE.UU. (que
parece que abandonó) y su “relato” hubiera hecho agua de nuevo.
Podría haber dicho
que ella era una defensora de los derechos humanos. Pero una repregunta le
hubiera recordado que su cuñada Alicia, fue funcionaria importante del Gobierno
de Santa Cruz durante la última dictadura y que hay fotos de su esposo con el
mandamás de turno de esa época, en
aquella provincia.
Podría haber dicho
que lo que le preocupaba era que las estadísticas
oficiales de mediados de 2011 dicen (Secretaría de Política Universitaria de la
Nación) que de cada cien alumnos que ingresan a la Universidad sólo se reciben
6. De esos seis muy pocos hacen posgrado y el porcentaje de tesis en maestrías
está entre el 20-30% o menos, y menos aún los doctorados. O que lo que le
preocupaba era que de cada cien alumnos que ingresan al primario sólo 31 llegan
a terminar el secundario obligatorio y que de cada 100 alumnos que ingresan al
secundario, sólo 50 lo terminan. Y que todo lo anterior es peor cuando más pobre
es el sector social.
Ah! Pero eso no
existe. Porque no es parte del “relato” oficial. Eso no pasa.
He allí la razón
de fondo por la cual la Presidente no acepta preguntas. Porque teme que
derrumben el “relato”. Por eso teme más aún a las repreguntas, que la dejan
“haciendo agua”.
Y por eso se
irrita.
Efectivamente es
una gran oradora. Domina la técnica de la oratoria. Es una hábil monologuista.
Lo que no quiere decir que lo que diga sea cierto. Se puede decir muy bien una
ficción. Tato Bores era un hábil monologuista (y bien informado). Pinti
también.
Eso no los
convierte ni en “próceres”, ni en patriotas revolucionarios, ni en buenos
gobernantes.
La oratoria es
la forma. Importa el contenido.
No está mal que
a uno lo silben en Harvard. Puede ser bueno que las potencias que nos oprimen
(yanquis, rusos, chinos, ingleses u otros europeos) nos silben… si nos silban
por defender la independencia nacional y los derechos del pueblo. Pero a juzgar
por lo que, parece ser, la búsqueda del mejor postor imperial para explotar
nuestro petróleo, o las concesiones a la minería imperial contaminante, o que
los salarios suban por la escalera y los precios por el ascensor, o que la renta
financiera esté exenta de impuestos, no es éste el caso.
Puede ser bueno
hablar en Harvard defendiendo los derechos de los pueblos, países y naciones
oprimidas del mundo. Al fin de cuentas el Che Guevara habló en las sesiones de
la Alianza para el Progreso. Lo que pasa es que “parece” que el Che despreciaba
el mundo y los gustos de los imperios y “parece” que la Presidente gusta de los
gustos de los poderosos y sus caras costumbres a costa de la sangre y sudor de
los pueblos y las naciones oprimidas. Y “parece” (a juzgar por donde la
Presidente mandó a estudiar a su hija) que ella considera inferior a La Matanza
respecto a Harvard. Y eso es lo que ofende.
Es decir “el
relato” no resiste preguntas y menos repreguntas. Y mucho menos el estudio
minucioso y científico de la realidad, para transformarla en beneficio del
pueblo y de la Patria independiente. Con adecuadas estrategias y tácticas. Como
lo hizo Belgrano. El General. No sólo el Doctor.
Por un lado se
falsea la realidad. Por el otro, se gusta de los gustos de los poderosos. Y más
allá de la tilinguería, esto es malo, porque un ejército sin cultura propia no
puede vencer. A lo sumo puede reemplazar una opresión vieja por otra
nueva.
Y muchos vamos
queriendo sacarnos de encima a viejos y nuevos opresores.
Pero volvamos a
Juan Pablo Feinmanan, el filósofo oficial en el país. Porque en el exterior lo
tenemos a Laclau y Señora. El de la “dialéctica amigo enemigo”, no la real con
los enemigos verdaderos sino los que se inventan para comodidad del relato. No
buscando la contradicción real en las cosas sino “metiéndolas desde afuera”, a
como quede cómodo.
Veamos lo que
dijo el inefable Juan Pablo.
Ya no sólo
inventa la realidad con un relato. Ahora inventa un adversario con débiles
argumentos, casi un idiota despreciable.
Y lo destruye
con “sólidos argumentos”.
Lo que sigue es
kirchnerismo “en bruto”. Transcribo, de los diarios, su
monólogo:
“El filósofo
dijo que las mujeres no la toleran porque la envidian y los hombres, porque no
pueden estar con ella. Les da bronca porque "no es una viejita, no está
fulera".
“Sé que me
va a costar lo que estoy diciendo, pero cuando uno llega a convencerse de algo,
lo tiene que decir pero tratando de fundamentarlo”, soltó el filósofo José Pablo
Feinmann durante su programa de radio, mientras hacía una defensa rabiosa de la
presidenta Cristina Kirchner. “Las mujeres la odian porque son mediocres, porque
la envidian y los hombres porque no pueden estar con ella”, es el resumen de sus
ideas.
"Usted,
Señora, que no la tolera, que no la puede ver más, que no la aguanta más: usted
no la tolera porque usted no sabe si robó o no robó, porque realmente ese
patrimonio... Ella podría demostrar muy fácilmente que hay otros patrimonios en
la República Argentina que se han multiplicado muchísimo más y que bastaría
darse una vuelta por la Sociedad Rural para ver cómo se han multiplicado esos
patrimonios”, comenzó Feinmann por radio a defender a
Cristina.
“Pero lo del
patrimonio es una excusa: usted la odia. Yo creo que la odia porque encuentra en
ella cosas de las que usted carece y en lugar de admirarla, porque cuando una
persona tiene cosas de las que uno carece, uno puede hacer dos cosas: o llenarse
de odio, de envidia y de resentimiento y odiar a esa persona, porque su mera
existencia demuestra mi mediocridad, porque su mera existencia es la muestra
palpable de mi mediocridad, entonces la odio. O puede admirarla.
Caramba”.
Tras poner
como ejemplo a los fantásticos pianistas asiáticos (“yo quise ser pianista”)
Feinmann agregó: “Si en los demás hay valores los
reconozco”.
“Yo creo que
usted que odia tanto, señora, a Cristina Fernández, es porque posiblemente no
esté contenta con su vida, posiblemente no haya hecho la carrera que quiso
hacer, posiblemente se dé cuenta de que no tiene la inteligencia que ella tiene,
ni podría hablar en las Naciones Unidas como hace ella sin leer un solo papelito
e hilando de un modo realmente deslumbrante”, dijo en referencia al último
discurso de la Presidenta ante la Asamblea General en septiembre
pasado.
“Otra cosa
que les da mucha bronca (a las mujeres) es que (Cristina Kirchner) no es una
viejita, no está fulera, no es un bagayo. Es una señora de 58 años, pero usted
también vio fotos de cuando era jovencita, una morocha argentina muy linda, y
hoy todavía sigue siendo una mujer atractiva”, dijo el
filósofo.
“Es decir,
más precisamente que una mujer atractiva, es una mujer. Porque hay mujeres que
no son mujeres, son políticas. Si usted la ve a la alemana (Angela) Merkel, yo
no le veo mucha femineidad, qué quiere que le diga. Veo a una alemana decidida a
llevar a su país otra vez al poder sobre la pobre Europa”,
comparó.
“En cambio,
Cristina Fernández tiene una base tan atractiva que hasta puede ser tapa erótica
de revista diagramada por, no digo enfermos mentales, pero bueno, onanistas
compulsivos, digamos, que se excitan mucho con ella y la idealizan, como salió
en esa tapa”, en referencia a uno de los últimos números de la revista Noticias.
“Con usted no creo que pudieran hacer esa tapa, seguramente no, porque pocas
mujeres tienen la base de belleza como para que se haga con ellas una tapa
excitante”, aventuró.
Según
Feinmann, otro de los motivos por los que las mujeres le tienen “mucha bronca”
es por el lugar al que llegó Cristina. “¿Qué hace esta mujer en la Presidencia
de la República? Eso siempre fue cosa de hombres, las mujeres tienen que estar
en el hogar, llevar los chicos a la escuela, atender al marido ¿Y esto qué es?
Es una intrusión”, dijo.
Luego,
Feinmann arremetió contra los hombres: “¿Y qué le pasa a un tipo?”. “Al tipo
peor, mucho peor, el tipo tiene un odio tremendo porque sabe que esa mujer es
imposible para él. Por ejemplo, para usted, digamos, eso que José Ingenieros
llamó alguna vez “el hombre mediocre”, veamos mujeres imposibles para usted:
Charlize Theron, Scarlett Johansson, Marta Argerich, Hiromi Uehara, esa belleza
japonesa, la chica esta que hizo (la película) el Cisne (negro), Natalie Portman
y Cristina Fernández, mi querido amigo, es imposible para
usted”.
“Para usted
es tan imposible Charlize Theron o, si viviera, Marilyn Monroe, como Cristina
Fernández. Está totalmente alejada de sus posibilidades. Y no sólo eso, usted
sabe que está totalmente alejada de sus posibilidades porque es brillante,
porque hizo una carrera política brillante, hizo una carrera más brillante que
la mayoría y que todos los políticos que están en acción en este momento”,
subrayó el filósofo.
“Sé que me va
a costar lo que estoy diciendo, pero cuando uno llega a convencerse de algo,
ahora lo tiene que decir pero tratando de fundamentarlo. Si uno da los
fundamentos racionales por los cuales dice algo, usted me tiene que respetar”,
se atajó Feinmann anticipando una ola de críticas por sus
dichos.
“Esta lejanía
absoluta de la Presidenta de la Nación a usted lo pone mal. Porque usted cree
que todas las minas tendrían que tirarse a sus pies. Y sabe que ésta no se va a
tirar nunca a sus pies, ni, sabemos, no creemos que se tire a los pies de ningún
hombre porque se auto-sostiene y éste es el segundo punto: ¡Qué indignación! Que
una mujer sea sustantiva en sí misma. ¿Desde cuándo las mujeres se valen por sí
mismas, qué significa esto?”, ironizó.
“Es una
alteración total del desarrollo universal de las relaciones entre hombres y
mujeres. Las mujeres dependen de los hombres y tienen que seguir así; en cambio,
esta yegua nos grita, nos levanta el dedo, nos señala, no puede ser, hay que
terminar con esto, tiene que irse”, parafraseó.
“Esto a usted
lo pone muy mal. Lo pone muy mal que una mujer más inteligente que usted, que la
mayoría de las mujeres, que la mayoría de los tipos que andan por ahí, de esos
machos que se reúnen y que están acostumbrados a hablar de las mujeres entre
insultos y bajeza, de pronto tiene una a la cual van a poder insultar todo lo
que quieran pero no la van a tocar, no le van a llegar. Se van a quedar
permanentemente insatisfechos. Es una de las más grandes insatisfacciones la de
saber que por más que uno insulte a alguien no lo va a poder ni rozar”, aseguró
el filósofo.
“Entonces eso
lo llena de odio y no quiere ser gobernado por una mujer. Menos por una mujer
que es una mina, que es inteligente, que es brillante y que usted sabe en algún
punto donde la verdad ya no la puede ocultar, que es superior a usted. No por
casta social ni por nada, no, no, intelectualmente. No todos somos iguales
intelectualmente ni afectuosamente o afectivamente. Los seres humanos tienen
muchas diferencias entre sí. Todos podemos ser (el nazi Henrich) Himmler, pero
la mayoría no lo somos”, dijo.
“El hombre
está capacitado para ser cualquier cosa que cualquier coyuntura le exija. Hay
muchos hombres que huyen de determinada coyuntura que no quieren correr el
peligro de convertirse en lo que no quieren ser”, insistió y agregó: “Ahora, lo
que usted quería era ser superior a las mujeres durante todo el transcurso de su
vida. Sentirse superior a las mujeres y para eso se casó con la que tiene al
lado”, dijo fulminante.
“De pronto
aparece esta señora y siente que las cosas han tomado un camino malo”, les dijo
a sus oyentes hombres.
“Esta mujer
debería irse y que venga un tarado. Mejor si es un tarado”, siguió con su
monólogo. “Un tipo que las tenga bien puestas. Y usted va a adherir a un macho
como Videla. Esos eran machos. Sabían poner orden. Algunos piensan que esta es
la única salida al proyecto que encabeza Cristina Fernández” dijo Feinmann por
radio.”
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