Reflexiones en el aniversario del Golpe de Estado
de 1955
Por Horacio Micucci
Conocer la verdad del pasado
Pensábamos, hace ya más de veinte
años, que era necesario unir a dos movimientos que a lo largo de la historia
argentina recorrieron muchas veces caminos divergentes cuando no enfrentados:
el Movimiento Patriótico - Nacional y el Movimiento Democrático y Popular.
Porque, en lo más profundo de nuestra historia, ambos movimientos nacieron
juntos y el éxito nos acompañó mientras esa unidad se mantuvo. Es lógico
entonces el intento de los enemigos de hoy y de ayer, de profundizar la
división entre ambos. Pero tarde o temprano, la unidad patriótica y popular,
impondrá el orden de una Argentina independiente como país, emancipada como
nación, con una democracia grande y verdadera donde se satisfagan los deseos
del pueblo.
Parte de esa lucha es
comprender el pasado, hacer un justo balance de lo ocurrido (que ayude al
Pueblo que incluye a los civiles patriotas y a los militares patriotas), para
sacar conclusiones útiles para el destino de Argentina Independiente de toda
dominación extranjera.
Hay sucesos de nuestro pasado
inmediato que exigen balances. Hay heridas abiertas del pueblo argentino que
exigen respuestas, explicaciones sobre sus causas, ubicación de los verdaderos
culpables y reivindicación de los verdaderos patriotas.
Desde ya es bueno recordar
que no todo empieza hoy como se pretende hacer creer.
Hay una historia de los
patriotas y del pueblo tantas veces burlado, humillado, reprimido, que se nos
oculta, se nos deforma, para que no podamos abrevar en sus más brillantes
páginas que nos marcan un camino de independencia: el olvido del rechazo de las
invasiones inglesas, antecedente indispensable del 25 de mayo de 1810, en tanto
permitió constituir, en un proceso, las fuerzas armadas patriotas; la guerra de
la independencia que culminaría en los campos de Ayacucho y Tumusla y que es
inseparable de la guerra campesina de los gauchos de Güemes; la Guerra de la
Republiquetas del Alto Perú y la genial estrategia del General Arenales, “el
General de los Pueblos”; y la empecinada lucha del General Artigas, líder
agrario y padre del federalismo, y de su segundo jefe, el Comandante guaraní
Andresito, en la Banda Oriental.
Se ocultan y deforman: el
asesinato de Mariano Moreno, la muerte en el ostracismo de San Martín y Artigas
y la de Belgrano, en la pobreza y el olvido; el fusilamiento de Dorrego, sus
causas, sus consecuencias.
También se oculta y disfraza
la campaña del desierto (ese genocidio de los pueblos originarios) y la
extensión del latifundio que traba el desarrollo nacional, extranjerizado con
amigos del actual turno gubernamental como Benetton, dueño de 1.250.000 ha en la
Patagonia.
Se ocultan o calumnian las
revueltas de los verdaderos productores del campo como en el Grito de Alcorta y
la Rebelión Agraria.
Se hace olvidar a las nuevas
generaciones, civiles y militares,
las razones de fondo de los derrocamientos de Irigoyen, Illía, Perón y la Sra.
de Perón; el golpe del 30, con el encarcelamiento de los Generales Mosconi y
Baldrich, y la posterior década infame.
Se ocultan los movimientos
cívico-militares legalistas contrarios al proceso surgido en setiembre de 1930
con participantes patriotas ignorados como los Tenientes Coroneles Pomar y Cattaneo
y civiles como Jauretche.
Se sume en el olvido que el golpe
de 1955 fue inmediatamente sucedido por el movimiento legalista del 9 de junio
de 1956 y los fusilamientos de civiles y militares que querían restituir al
gobierno constitucional del General Perón en ese aciago momento y la
persecución de otros como el Teniente Coronel Phillipeaux.
También se ocultan las causas
y objetivos antinacionales del golpe de 1966, del de 1976 y los sucesos
posteriores.
Y, esencialmente, se
escamotean al conocimiento y al análisis las consecuencias de aumento de la
dependencia nacional a causa de todos los golpes de estado que eran,
indefectiblemente, antinacionales y antipopulares.
Los responsables de esos
golpes fueron los imperios de turno y sus socios nativos (pero no nacionales)
de empresarios de intermediación como son hoy los Franco Macri, los Rocca, los
Bulgheroni, (antecesores de los empresarios de actual “capitalismo de amigos” que
tienen sus intereses en el extranjero a diferencia del empresariado nacional) y
esa oligarquía terrateniente (que tuvo “relaciones carnales” con todos los
imperios de la tierra: Inglaterra, Francia, EE.UU., Rusia y hoy China, etc.).
Se ocultan y deforman esos y
tantos otros hechos que permitirían conocer las causas de esta política argentina
llena de acuerdos y zancadillas, de fidelidades y traiciones, de esa complicada
mezcla política de minué y malambo a la que asistimos diariamente. Y de
borocoteo... De compra de voluntades…
Y sobre todo se oculta o
disfraza la entrega, la indefensión y la sumisión nacional.
En fin, y fundamentalmente,
hay una historia, que se escamotea también, de las constantes y persistentes
luchas del pueblo argentino (de civiles y militares) por su emancipación como
Nación, su independencia como Patria y su liberación social, desde las
puebladas de 1806 y 1807 hasta la actualidad.
Todos esos hechos, ocultados
o tergiversados, permitirían advertir que en nuestra historia hubo patriotas y
traidores, víctimas y victimarios.
Los primeros, civiles y
militares de distintas creencias e ideologías, deben ser reivindicados.
Mientras que los segundos, sean de la profesión o de la fe que fueran, deben se
repudiados.
Las trampas del sistema:
Nuevas opciones falsas
Con las jornadas del 20 y 21
de diciembre de 2001, no sólo cayó el gobierno gerencial de De la Rúa. También
se estremeció el sistema. Se demostró que había otra opción frente a la eterna
elección entre gobiernos gerenciales de los intereses antinacionales, y golpes
de Estado que imponían gobiernos gerenciales de los mismos intereses. El pueblo
percibió que se abría un camino para imponer su voluntad nacional y popular
demostrando que lo que ocurre en toda América también ocurre aquí.
El gobierno actual quiere aparecer como progresista
de centro izquierda (aunque ya con un maquillaje algo deteriorado) frente a
opositores que se muestran como de centro derecha. Sin embargo, con leves
matices, todas las variantes del sistema que se ofrecen coinciden en lo
esencial: la entrega del patrimonio nacional, la indefensión de la Patria, la
rapiña por parte de distintas potencias imperiales, algunas como Inglaterra,
viejas conocidas, otras como China de reciente aparición. Es entonces, la hora
de una unión patriótica y popular que inicie una nueva huella argentina. Que
busque nuevos caminos.
El turno gubernamental de los Dres. Kirchner ha
sido el que más pagó la deuda externa usuraria, ilegítima y fraudulenta (“pagadores
seriales”); sigue favoreciendo el monocultivo de los pooles sojeros, la
extensión del latifundio y la extranjerización de la tierra. Ha dictado una ley
antiterrorista destinada a aplicarse a los patriotas y luchadores populares. Miembros
de pueblos originarios han sido asesinados por amigos del Gobierno. Se apoya a
la Megaminería contaminante y expoliadora. Se mantienen los Acuerdos de Londres
y Madrid, bases de nuestra indefensión nacional para favorecer al colonialismo
inglés sobre una parte de nuestro territorio. La droga y la trata de personas son
“industrias” florecientes. Contratos secretos como el de YPF-Chevron esconden
la entrega mientras se cacarea una supuesta posición nacional y popular.
Se habla de industria nacional y predominan los
armaderos, el ensamblado de lo fabricado afuera.
En suma, se continúa transformando a nuestra
gloriosa Nación en una republiqueta subordinada al mundo de los
“globalizadores”. Y se pretende hacer pagar la crisis al pueblo. Como
siempre...
El hormiguero pateado...
Después del cachetazo
recibido por el gobierno en las elecciones, precalentadas por el descontento
popular, y la presunción de un próximo y mayor cachetazo, hay inestabilidad
política. Como cuando se patea un hormiguero, las hormigas corren de un lado a
otro. Se rumorean golpes institucionales pero también autogolpes para promover
la continuidad de la entrega y de los amigos del gobierno.
El piso está sembrado de
trampas para los patriotas. Inteligencia interior. Desguarnecimiento de las
fronteras. Libertad para narcos y tratantes de personas.
En
suma, las fuerzas patrióticas deben evitar que los engaños de los gobiernos gerenciales
de turno logren dividir el movimiento popular democrático del movimiento
patriótico, haciéndolos caer en las trampas preparadas para ambos. Las Fuerzas
Armadas y las de Frontera y de Seguridad no deben ser usadas para la represión
e inteligencia interna contra el Pueblo, como se ha descubierto recientemente,
como en verdad promueve el gobierno.
Siempre se busca provocar a
los sectores patrióticos para separarlos del movimiento popular democrático.
Los enemigos de la Patria
saben porqué. La maniobra les ha dado resultado muchas veces.
Es decir, hoy es muy
importante desnudar lo que verdaderamente ocurrió en el pasado, porque el
gobierno, dando versiones parciales, busca utilizar la justa causa de los
derechos humanos para cubrirse de un barniz democrático, con un doble discurso,
para continuar su política de entrega y sumisión nacional.
Nunca más.
Nunca más otro 1930. Nunca
más otro 1955. Nunca más otro 1966. Nunca más otro 1976.
Pero tampoco nunca más
entrega e indefensión nacional disfrazada de una caricatura democrática. Con
distintas y variadas caretas.
Los soldados, la
suboficialidad y oficialidad patriótica y democrática son parte del pueblo.
Ellos deben estar presentes el día de la cita para lograr la independencia
inconclusa, la segunda y definitiva Independencia Nacional.
Para que sea cierto lo que
dice el Himno Nacional:
San José, San Lorenzo,
Suipacha,
Ambas Piedras, Salta y
Tucumán
La Colonia y las mismas
murallas
Del Tirano en la Banda
Oriental
Son letreros eternos que
dicen:
Aquí el brazo argentino
triunfó
Aquí el fiero opresor de
la Patria
Su cerviz orgullosa dobló.
Los revolucionarios de la
Guerra de la Emancipación nos dejaron como enseñanza que romper las cadenas de
la opresión y desarrollar una conciencia patriótica y popular son las únicas
bases en las que es posible asentar nuestra defensa como Nación.
La lucha del pueblo argentino
por la segunda independencia nacional, con la participación en ella de los
patriotas militares, como Mosconi y Baldrich, como San Martín y Belgrano, como
Arenales (español de origen pero que luchó toda su vida por la Independencia
Americana), como Bolívar y Artigas, como Perón, el General Valle y el Teniente
Coronel Adolfo Phillipeaux, edificará los cimientos de las Fuerzas Armadas del
nuevo Estado Nacional y Democrático. El desarrollo económico y tecnológico
independiente será la base para la producción para la defensa (Fabricaciones
Militares, industria aérea, astilleros, capacidad cibernética, etc.) y la
organización de una Defensa Nacional Popular Integral con la concepción que
integra los cuerpos profesionales con el pueblo en armas para la Defensa de
nuestras tierras, nuestros mares y nuestro espacio aéreo y, principalmente, de
lo más importante de nuestro patrimonio nacional: nuestras mujeres y nuestros
hombres. Nuestros hermanos.
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