¿PORQUÉ ESTÁ ARGENTINA EN EL G20?
Argentina está en el G20 porque es "la
gran deudora del sud", como escribió Sarmiento en 1885.
Por Horacio Micucci
En el programa Animales Sueltos del
día 5 de noviembre de 2018, el economista Guillermo Nielsen (negociador con el
FMI en los momentos siguientes a la crisis del 2001 y el Argentinazo) dijo que,
en la constitución del G20, en diciembre de 1999, a iniciativa de CANADÁ, "Argentina fue incorporada al Grupo,
porque era colocador récord de deuda
en Wall Street (Bolsa de Nueva York) en esos años. Como lo ha sido en los
últimos dos años".
Y afirmó luego: "representamos la expresión de un gran
colocador de deuda".
Preguntado por el periodista
Fernando Carnota: "¿Entonces estamos
por la timba financiera?" Nielsen, afirmo que sí, aunque luego intento
"dulcificar" la afirmación.
Es decir, Argentina está allí
porque debe ser vigilada de cerca para que pague.
El G20, formalmente, dice ser un
foro de cooperación y consultas entre los países en temas relacionados con el
sistema financiero internacional, que estudia, revisa, y promueve discusiones,
sobre temas relacionados con los países industrializados y las economías
emergentes, con el objetivo de mantener la estabilidad financiera
internacional, y de encargarse de temas que estén más allá del ámbito de acción
de otras organizaciones de menor jerarquía. En conjunto, sus miembros
representan el 85% del producto bruto global, dos tercios de la población
mundial, el 75% del comercio internacional y el 80% de las inversiones
mundiales.
Podríamos decir que, en el G20,
los amos custodian la seguridad y estabilidad del capital financiero, vigilando
a sus siervos.
Según el mencionado Nielsen "no agrupa a los 20 países más grandes
del mundo sino a los 20 países de mayor interacción en el mundo". Y
aclaró, en el mencionado programa de TV, que esa "interacción" eran
las inversiones ("que es lo
importante y no el consumo", dijo). Claro que Nielsen se refiere al
capital financiero internacional. Concentración de la producción, monopolios
que surgen de la misma, fusión o ensamblaje de los bancos con la industria; tal
es la historia del ascenso del capital financiero y lo que este concepto
representa.
El capital financiero,
concentrado en muy pocas manos y ejerciendo un monopolio virtual, obtiene
beneficios enormes y crecientes del lanzamiento de sociedades a Bolsa, la
emisión de valores, los préstamos al Estado, etc., fortalece el dominio de la
oligarquía financiera y le cobra un tributo a toda la sociedad en provecho de
los monopolistas.
Al G20 entramos como sumisos e
indefensos corderos.
No por importantes, sino por
subordinados.
Tussie y Deciancio
(investigadoras de FLACSO) hacen mención a tres causales fundamentales para la
incorporación argentina al grupo:
"En primer lugar se refieren a las buenas relaciones forjadas
desde el inicio del gobierno de Menem con los países desarrollados
—especialmente Estados Unidos—, así como los impactos que podía llegar a tener
en el sistema financiero internacional la cesación de pagos de la deuda
argentina, cuestiones que le habrían servido de apoyo y puerta de entrada al
grupo."
"En segundo lugar, hacen referencia a la necesidad del G-7 de
ampliar su representación incluyendo a países emergentes de diversas regiones
del mundo, por lo que México, Brasil y Argentina habrían sido los seleccionados
para representar a América latina en el grupo." (La ambigua palabra
EMERGENTE, en nuestro caso, es un eufemismo que oculta la condición argentina
de país dependiente y rapiñado por distintas potencias. Del mismo modo que, en
el caso de China, disfraza su condición de país imperialista.)
"En tercer lugar, se refieren a las cuestiones financieras, donde
la crisis desatada en 1998 con la consiguiente recesión, más la experiencia
vivida por las economías mexicana, asiática, rusa y la devaluación brasileña de
1999, hacían temer un efecto dominó hacia la ya debilitada economía argentina,
por lo que una participación del país en el grupo permitiría un mayor control y
era vista como una forma de proveer recomendaciones en caso de que la crisis se
manifestara (Tussie y Deciancio, 2010)."
Es decir, estamos en el G20
porque nuestra gloriosa Patria ha sido transformada, por gobernantes que son
gerentes y administradores de la dependencia, en una republiqueta de deuda y
sumisión eterna. La Argentina del préstamo de la Baring Brothers de 1824,
pagado unas 14 veces en 1904. La del Pacto Roca Runciman, de 1932, que nos
transformó, según el firmante argentino, en “una
perla más de la Corona Británica". La de una oligarquía genuflexa ante
todas las potencias imperialistas y un empresariado de intermediación que vive
y lucra con la dependencia (Macri, Techint, Bulgueroni, etc.). La Argentina
indefensa, con una parte de su territorio colonizado y con la mayor base
militar extranjera de Latinoamérica en nuestras Malvinas usurpadas. La
Argentina con tropas yanquis en su interior y una base china en Argentina
continental.
Así que deje, Presidente Macri,
de hacer alharaca sobre la presencia argentina en el G20.
Estamos allí como siervos sumisos
y vigilados que, en esta ocasión, ponen y sirven la mesa de los poderosos del
mundo, de las potencias que nos rapiñan y que nos vigilan como amos.
Entramos al mundo por la puerta
de servicio.
Y dejamos entrar a nuestra casa a
las tropas de diversas potencias.
Nos quieren como personal doméstico,
sin verdadera Defensa Nacional necesaria para una Argentina Independiente.
Las tropas y los sofisticados
sistemas de espionaje los ponen ellos para más seguridad... de ellos, los amos,
contra el pueblo que resiste los planes de ajuste.
Lo anterior es coherente con la
vuelta de Argentina a la Teoría del enemigo interno, de la Seguridad Interior, de
Onganía y Videla, que sostiene, como hipótesis de conflicto, que el enemigo es
el pueblo y los patriotas y luchadores populares que se oponen a la entrega del
patrimonio nacional, a los ajustes, a la indefensión nacional que imponen los
Acuerdos de Madrid y Londres, al Acuerdo con el FMI y a la sumisión nacional,
consecuencia de todo lo anterior.
La función reservada a Patricia
Bullrich es la de Malinche, la mujer azteca que entregó su pueblo al
conquistador Hernán Cortés.
A modo de epílogo, es bueno
recordar el verso de Sarmiento:
" Calle Esparta su virtud
Sus hazañas calle
Roma
¡Silencio que al
mundo asoma
La gran deudora del
Sud!"
Domingo Faustino Sarmiento. Diario El Censor. 1885.
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