LA DÉCADA GANADA.
Falta trigo, carne y verduras para el pueblo, la Nación está indefensa, los buitres de la rapiña de nuestro patrimonio comen hasta el hartazgo...
El Mangrullo Argentino
1. Las primeras
elecciones
Con las elecciones en
Misiones y Neuquén comenzaron las definiciones del ciclo electoral de este año.
Las elecciones ya están en el centro del tablero
político.
Es así, aunque sería erróneo
olvidarse que sobre ese tablero pesan distintos conflictos sociales y
laborales que caldean el ambiente.
El Movimiento Popular Neuquino, aliado del
Gobierno nacional, se impuso en la elección de la capital provincial, mientras
el Frente para la Victoria, que impulsa allí el Secretario General de la
Presidencia, Oscar Parrilli, quedó en quinto lugar. Una situación similar
sucedió en Misiones: el Frente Renovador, también cercano al kirchnerismo, se
impuso, pero el Frente para la Victoria quedó sexto.
2. El lanzamiento de
Massa
El lanzamiento del
Frente Renovador, que lidera el intendente de Tigre, Massa, movió el tablero
electoral en el mayor distrito del país: once intendentes que integraban el
Frente para la Victoria rompieron con la disciplina K, 8 de ellos del Conurbano
Bonaerense. A ellos se agregaron otros tres intendentes (dos radicales y un
macrista). Se le sumó la mayoría del sector sindical de “los gordos” (que se
distanciaron así de la CGT de Caló), la CGT Azul y Blanca de Barrionuevo, y
Alessandrini de la CTA de Yasky. Además, en la lista participa el ex presidente
de la central empresarial UIA, Mendiguren.
Dado que Massa no hace
públicas sus ideas, es su lista la que lo define.
Y, también, su historia,
que se inició con su paso por la UCeDe (de los Alsogaray), de donde fue al
menemismo de la mano de “Palito” Ortega. Ingresó al kirchnerismo, en la Anses,
apadrinado por el actual vicepresidente Boudou, y luego fue jefe de Gabinete
hasta salir eyectado por las revelaciones de Wikileaks de una conversación con
la embajadora yanqui, ante quién habría calificado a Néstor Kirchner de
“monstruo, cobarde y sicópata”.
3. La disputa por
arriba
El lanzamiento de Massa,
con una posición “post-kirchnerista”, y la oposición de la alianza de De
Narváez, Moyano y De la Sota, forzaron al kirchnerismo a cambiar sus listas,
después que Alicia Kirchner saliera malparada por su papel en las inundación de
La Plata, y el ministro del Interior y Transporte, Randazzo, por la nueva
masacre ferroviaria de Castelar.
La Sra. Presidente debió
darle lugar a intendentes o sus representantes para contener la fuga de
“barones” del Conurbano Bonaerense. Estos se sumaron al kirchnerismo “puro”, (sobre
todo de La Cámpora) y a los partidos del Banco Credicoop (Nuevo Encuentro,
Solidario, PC-Congreso Extraordinario y PC).
La presencia de los
partidos del Banco Credicoop en el frente gobernante no es una cuestión menor.
Este Banco fue una pieza clave en el apoyo a la dictadura de Videla por el PC
(subordinado en ese tiempo a la ex –URSS). Ese grupo también fue clave para la
división de la CTA y el intento de división de la FAA y la FUA. Y hoy le aporta
al kirchnerismo un viejo trabajo en la cultura y la intelectualidad, muy bien
pago, como se conoce ahora con las denuncias de corrupción en el uso de fondos
del Estado por el gobierno.
No extraña, entonces,
que hombres de ese grupo hayan organizado hasta en los
detalles, el acto de lanzamiento de las candidaturas K en las próximas
elecciones. Acto en el que la única oradora fue la Sra. Presidente, que no es
candidata, salvo que su afirmación de “ganar otra década” sea su forma de ratificar
que peleará su re-reelección hasta el último minuto.
Por otra parte, lo que
sucede en Buenos Aires, así como las elecciones en Misiones y Neuquén, muestran
que el kirchnerismo necesita de sus aliados para sus planes continuistas. Por
eso, la Sra. Presidente no le hace asco a fotografiarse con Insfrán y se niega
a recibir a Félix Díaz, dirigente Qom que denuncia que están siendo sometidos a
un genocidio silencioso con la protección y de la mano de Insfrán.
La feroz disputa electoral por la Provincia de
Buenos Aires revela que ya está abierta la pelea por el gobierno nacional entre
distintos grupos de poder que se proponen como futuros gerentes de nuestra
dependencia y sumisión nacional.
Lo mismo revela la
continuidad de la disputa entre el gobierno y la Corte Suprema; así como los
cambios que están removiendo el tablero sindical.
4. Nuevos patriotas
aparecerán en las huellas de la Independencia...
El gobierno y sus
rivales (que difieren en el tamaño de las tajadas de la rapiña nacional pero no
en las políticas que llevaron a esta Argentina dependiente e indefensa) tratan
de que las luchas sociales y laborales no incidan en “su interna” electoral por
el gobierno.
Tienen a su favor las
elecciones primarias abiertas y obligatorias (PASO) como un instrumento
proscriptivo para evitar el surgimiento de nuevas fuerzas que no tienen a su
disposición los medios de prensa ni las finanzas.
Asimismo intrigan para
dividir la necesaria unidad de las fuerzas patrióticas y democráticas, como ha
hecho el kirchnerismo en varios lugares. Y pueden aprovechar, a su favor, el
oportunismo de quienes abandonan los programas buscando votos, y los
personalismos en afán de una candidatura.
También aprovechan la
debilidad de las fuerzas patrióticas y populares que enfrentan la política de antinacional
y antipopular del gobierno (que más allá de sus relatos, consiste en descargar
el ajuste, la inflación y la crisis sobre en conjunto de la Nación y el Pueblo) y también las propuestas de sus rivales, tan
antinacionales y antipopulares como las del oficialismo.
Sin embargo, el
escenario político nacional no es un tablero de ajedrez.
Lo mismo que en el
escenario internacional, vastos sectores del pueblo buscan nuevos caminos para
expresar su descontento, su hambre de reivindicaciones postergadas y su
necesidad de una Patria independiente de toda dominación extranjera.
Turquía, Brasil, Egipto,
como antes los indignados europeos, demuestran que algo bulle en la
profundidad. Es necesario que la lava de posibles volcanes en erupción se encuentre
con nuevos programas patrióticos y populares que expresen los sentimientos más
profundos de la Patria y el Pueblo.
Existen condiciones para
que nuevas fuerzas sociales y políticas encaren nuevos caminos, con nuevas
propuestas, para que se levante una Argentina de democracia grande, soberana
como Nación, independiente como país.
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