Cambios en el humor popular.
Las
aguas bajan turbias, porque la correntada arrastra de todo.
Pero
los patriotas y luchadores populares no le tienen miedo a las movilizaciones ni
a la correntada.
Hay
que atreverse a nadar en la corriente.
Lo que está pasando en Buenos
Aires y otras ciudades del país viene precedido de protestas y luchas obreras y
populares.
En Lanús se juntaron más de
5000 personas después del asesinato de dos jubilados y el intendente tiembla
por lo que pueda pasar mañana viernes 14.
La inflación castiga los
bolsillos populares. Las consecuencias de una política de entrega y sumisión
nacional irritan, la crisis golpea también a Argentina, aunque el gobierno la
niegue. Argentina es frágil en esta crisis económica porque los distintos
gobiernos gerentes de la dependencia (incluido éste) han profundizado la sumisión
e indefensión nacional.
Digan lo que digan los “relatos”
de los gobiernos, Argentina es un país dependiente, desgarrado por la rapiña de
distintas potencias imperialistas y con una parte de su territorio colonizado
por los ingleses.
Distintos sectores populares
vuelven a los métodos y caminos que aprendieron en el 2001 y antes. Argentina es un país de puebladas.
Hubo luchas de los
trabajadores de distintas áreas. También las capas medias están afectadas. Ellas
también son parte del pueblo.
La CTA decidió impulsar una
jornada de paro y movilización nacional en la primera quincena de octubre. La
CCC apoya la convocatoria; también otras organizaciones. Hay conversaciones con
Federación Agraria Argentina, la Federación Nacional Campesina y la Federación
Universitaria Argentina. También con la CGT de Moyano. Hay un amplio acuerdo
que recoge reclamos de los trabajadores, los campesinos, los estudiantes y otros
sectores populares.
Los
sectores populares buscan ir por más, y no aceptan seguir pagando el ajuste, la
inflación y la crisis consecuencias de la sumisión nacional a que nos han
llevado.
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